Los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y levitas, todos los que se sintieron movidos por el Señor, se dispusieron a ir a Jerusalén y reconstruir el templo del Señor.
Salmos 102:14 - Biblia Martin Nieto Levántate y ten misericordia de Sión, pues ya es hora de que tengas piedad, sí, ya ha llegado la hora. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque tus siervos aman sus piedras, Y del polvo de ella tienen compasión. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues tu pueblo ama cada piedra de sus murallas y atesora hasta el polvo de sus calles. Biblia Católica (Latinoamericana) tus siervos se encariñan con sus piedras y sienten pena al ver sus escombros. La Biblia Textual 3a Edicion Porque tus siervos aman sus piedras, Y miran con afecto hasta su mismo polvo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú te levantarás, te apiadarás de Sión, pues es tiempo de tener piedad de ella, ha llegado ya la hora. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque tus siervos aman sus piedras, y del polvo de ella tienen compasión. |
Los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y levitas, todos los que se sintieron movidos por el Señor, se dispusieron a ir a Jerusalén y reconstruir el templo del Señor.
¡Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que tan bien dispuso el corazón del rey para glorificar el templo del Señor en Jerusalén,
Me dijeron: 'Los supervivientes del destierro que quedan allí, en la provincia, se encuentran en gran estrechez y humillación; la muralla de Jerusalén está destrozada y sus puertas destruidas por el fuego'.
Después les dije: 'Ya veis la triste situación en que nos encontramos: Jerusalén destruida, sus puertas consumidas por el fuego. Venid, reconstruyamos la muralla de Jerusalén y no seremos más objeto de escarnio'.
dije al rey: 'Oh rey, vive eternamente. ¿Cómo no he de estar triste, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres está destruida y sus puertas consumidas por el fuego?'.
Pero desde aquel día sólo la mitad de mis hombres trabajaban en la obra; la otra mitad empuñaba las lanzas, los escudos, las flechas y las lorigas, y los jefes estaban detrás de todos los judíos
y se conjuraron todos ellos a una para atacar a Jerusalén y causarle todo el daño posible.
Pero los judíos que vivían entre ellos vinieron una y otra vez a prevenirnos por qué sitios vendrían los enemigos a atacarnos.
Pues el Señor se compadecerá de Jacob, elegirá otra vez a Israel y los restablecerá en su país. El extranjero seguirá también sus pasos y se unirá a la casa de Jacob.
Hablad al corazón de Jerusalén y gritadle que se ha cumplido su servicio, que está perdonado su pecado, que ha recibido de la mano del Señor el doble de castigo por todos sus pecados.
Sí, el Señor se compadece de Sión, se compadece de todas sus ruinas; convertirá su desierto en un edén, y su tierra seca en el jardín del Señor. Gritos de gozo y júbilo se oirán en ella, acción de gracias al son de la música.
Esto dice el Señor: Cuando terminen los setenta años concedidos a Babilonia, yo me ocuparé de vosotros y cumpliré en vosotros mi promesa de restituiros a este lugar.
Esto dice el Señor: Yo restableceré las tiendas de Jacob, tendré compasión de sus moradas. Será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se elevará en su antiguo lugar.
Señor, movido por tu misma justicia, retira tu cólera y tu furor de Jerusalén, que es tu ciudad, tu santo monte; pues a causa de nuestros pecados y de las injusticias de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo se han hecho el escarnio de todas las gentes circundantes.
Noemí salió de Moab con sus dos nueras para volver a su patria, pues había oído que el Señor se preocupaba de su pueblo, dándole pan.