Todo lo da, lo reparte entre los pobres, su justicia permanece para siempre.
Rut 2:16 - Biblia Martin Nieto Dejad caer espigas de vuestros manojos para que las recoja, sin inquietarla'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. Biblia Nueva Traducción Viviente Además, arranquen de los manojos algunas espigas de cebada y déjenlas caer a propósito. ¡Permítanle recogerlas y no la molesten! Biblia Católica (Latinoamericana) En seguida se levantó para proseguir su trabajo, y entonces Booz dijo a sus trabajadores: 'Déjenla que incluso arranque espigas de las gavillas y no le llamen por eso la atención. Más aún, de vez en cuando vayan dejando caer de propósito algunas espigas para que ella pueda irlas recogiendo, sin decirle nada. La Biblia Textual 3a Edicion Incluso dejaréis caer para ella algo de los manojos y lo abandonaréis para que ella lo espigue, y no la reprendáis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 incluso dejad caer como al descuido para ella algunas espigas de los manojos, y permitid que ella las espigue sin reprenderla por eso'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dejad caer algunos de los manojos, y la dejaréis que los recoja, y no la reprendáis. |
Todo lo da, lo reparte entre los pobres, su justicia permanece para siempre.
El que hace caridad al pobre presta al Señor, él le recompensará su obra.
Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
socorred las necesidades de los creyentes, practicad la hospitalidad.
Tu amor me ha colmado de alegría y de consuelo, porque, gracias a ti, hermano, el corazón de los creyentes se ha tranquilizado.
Porque Dios no es injusto como para olvidar vuestras buenas obras y el amor que habéis demostrado hacia su nombre en el servicio que habéis prestado y seguís prestando a los creyentes.
y de nuevo se puso a espigar. Booz ordenó a sus criados: 'Dejadla que espigue también entre las gavillas, y no la molestéis.
Estuvo espigando hasta la tarde, luego apaleó lo recogido, y había como unos cuarenta y cinco kilos de cebada.