Conspiró contra él su súbdito Zimrí, jefe de la mitad de los carros de guerra. Estaba en Tirsá bebiendo y borracho, en casa de Arsá, prefecto del palacio de Tirsá,
Proverbios 31:4 - Biblia Martin Nieto No está bien a los reyes, ¡oh Lemuel!, no está bien a los reyes beber vino, ni a los príncipes amar los licores. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra; Biblia Nueva Traducción Viviente No es para los reyes, oh Lemuel, beber mucho vino. Los gobernantes no deberían ansiar bebidas alcohólicas. Biblia Católica (Latinoamericana) A los reyes, no les conviene, Lemuel, que tomen vino, ni a los príncipes que abusen de licores fuertes, La Biblia Textual 3a Edicion No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes darse al vino, Ni de príncipes al licor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No conviene a los reyes beber vino ni a los príncipes desear licores, Biblia Reina Valera Gómez (2023) No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes el licor. |
Conspiró contra él su súbdito Zimrí, jefe de la mitad de los carros de guerra. Estaba en Tirsá bebiendo y borracho, en casa de Arsá, prefecto del palacio de Tirsá,
Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: '¡A formar!'. Y formaron contra la ciudad.
El séptimo día el rey, eufórico por el vino, mandó a Mehumán, Bizzetá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás, los siete eunucos que le servían,
Los correos se aprestaron a cumplir el mandato del rey. El edicto fue promulgado también en la ciudad de Susa. Mientras el rey banqueteaba, en la ciudad de Susa reinaba la consternación. Ver El Decreto [Est_13,1- 7]
El vino es pendenciero, los licores insolentes; el que en ellos se pierde no es sabio.
Serás como un hombre acostado en alta mar o acostado en la punta de un mástil.
Dichosa tú, tierra, que tienes por rey un hijo de nobles, y cuyos príncipes comen a su tiempo para recobrar fuerzas, y no para beber!
¡Ay de los que triunfan en beber vino y son campeones en mezclar bebidas fuertes;
El vino es ciertamente traicionero; así el hombre soberbio no resiste en pie; el que ensancha como el abismo sus fauces y es insaciable como la muerte querría adueñarse de todas las naciones, tener a todos los pueblos bajo su dominio.