Cuando ella iba por el agua, Elías le gritó: 'Tráeme también un pedazo de pan'.
Mateo 25:35 - Biblia Martin Nieto Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui emigrante y me acogisteis, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; Biblia Nueva Traducción Viviente Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Biblia Católica (Latinoamericana) Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. La Biblia Textual 3a Edicion Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me acogisteis, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me hospedasteis; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui extranjero, y me recogisteis; |
Cuando ella iba por el agua, Elías le gritó: 'Tráeme también un pedazo de pan'.
Jamás el forastero pasó la noche fuera, mi puerta se abría siempre al viajero.
El que desprecia a su prójimo comete pecado, dichoso el que tiene piedad de los pobres.
El que oprime al pobre ultraja a su creador, pero le honra el que tiene piedad del indigente.
El que hace caridad al pobre presta al Señor, él le recompensará su obra.
El hombre misericordioso será bendecido, porque da de su pan al pobre.
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber,
no oprime a nadie, no se guarda la prenda, no comete robos, da su pan al hambriento y viste al desnudo,
si no oprime a nadie, devuelve la prenda al deudor, no comete robo, da su pan al hambriento y viste al desnudo;
el rey se decía: '¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para residencia real con mi inmenso poder y para gloria de mi majestad?'.
Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que el Señor exige de ti. Es esto: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.
Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Pues siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre.
porque siempre tenéis pobres entre vosotros, y cuando queráis podéis hacerles bien; pero a mí no me tendréis siempre.
Algunos pensaban que, como Judas tenía la bolsa, Jesús le decía que comprase todo lo que se necesitaba para la fiesta, o que diese algo a los pobres.
y me dijo: Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y tiene presente tus limosnas.
Los discípulos, cada uno según sus posibilidades, decidieron enviar socorro a los hermanos de Judea.
Después de haber sido bautizada con toda su familia, nos suplicó: 'Si consideráis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa'. Y nos obligó a ello.
Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las cosas.
socorred las necesidades de los creyentes, practicad la hospitalidad.
También dice: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que si haces esto, harás que se sonroje.
El que robaba, que ya no robe más y que se ponga a trabajar honradamente con sus propias manos para tener con qué ayudar a los necesitados.
y estar acreditada por sus buenas obras, tales como haber educado bien a sus hijos, haber ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los creyentes, haber socorrido a los atribulados, haber practicado toda clase de obra buena.
Tu amor me ha colmado de alegría y de consuelo, porque, gracias a ti, hermano, el corazón de los creyentes se ha tranquilizado.
No os olvidéis de hacer el bien y de compartir vuestros bienes con los demás, pues ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
Porque Dios no es injusto como para olvidar vuestras buenas obras y el amor que habéis demostrado hacia su nombre en el servicio que habéis prestado y seguís prestando a los creyentes.
La práctica religiosa pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y en guardarse de los vicios del mundo.