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Marcos 9:26 - Biblia Martin Nieto

Y el espíritu, dando gritos y haciendo que el muchacho se retorciera violentamente, salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y después de gritar y convulsionarlo mucho, salió. Y quedó como muerto, de tal modo que los más decían:° Está muerto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y gritando y agitándolo con muchas convulsiones, salió de él. El joven quedó como muerto, tanto que muchos decían: 'Ya murió'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el espíritu, clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.

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Marcos 9:26
8 Tagairtí Cros  

¿Por qué desde que fui al Faraón para hablarle en tu nombre trata él tan mal a este pueblo, y tú no haces nada para liberarlo?'.


Y una mujer cananea salió de aquellos contornos y se puso a gritar: '¡Ten compasión de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio'.


Y el espíritu inmundo, retorciéndole y gritando, salió de él.


y cuando se apodera de él, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echasen, pero no han podido'.


Y se lo llevaron. Apenas el espíritu vio a Jesús, retorció violentamente al muchacho, el cual se cayó al suelo revolcándose y echando espumarajos.


Jesús, al ver que acudía más gente, increpó al espíritu inmundo diciendo: 'Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: Sal del muchacho y nunca más vuelvas a entrar en él'.


Pero Jesús lo agarró de la mano, lo levantó, y el muchacho se mantuvo en pie.


Por eso, alegraos, oh cielos, y vosotros, los que habitáis en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar, porque el diablo ha bajado hasta vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo!