La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día.
Marcos 8:25 - Biblia Martin Nieto Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y vio claramente; recobró la vista, y veía todo desde lejos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le puso nuevamente las manos en los ojos, y el hombre se encontró con buena vista; se recuperó plenamente y podía ver todo con claridad. La Biblia Textual 3a Edicion Y le puso otra vez las manos sobre sus ojos, entonces él miró fijamente y se restableció, y veía claramente todas las cosas desde lejos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después impuso otra vez las manos sobre los ojos del ciego, y éste comenzó a ver claro, recobró la vista y distinguía todo perfectamente desde lejos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio claramente a todos. |
La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día.
Pues al que tiene se le dará más y tendrá de sobra; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Empezó a ver, y dijo: 'Veo hombres, y los veo andar como si fueran árboles'.
Jesús le mandó a su casa, diciéndole: 'No entres siquiera en la aldea'.
Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,
Oyó hablar a Pablo, el cual, mirándolo fijamente y viendo que tenía fe para ser curado,
persuadido de que quien comenzó en vosotros la buena obra la llevará a feliz término para el día de Cristo Jesús.
Vosotros, por el contrario, sois linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las grandezas del que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa,
creced más bien en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad!