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Marcos 7:34 - Biblia Martin Nieto

alzó los ojos al cielo, suspiró y le dijo: '¡Epheta!', que quiere decir '¡Ábrete!'.

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Biblia Reina Valera 1960

y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mirando al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa «¡Ábranse!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En seguida levantó los ojos al cielo, suspiró y dijo: 'Effetá', que quiere decir: 'Abrete.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y mirando al cielo, suspiró, y le dice: ¡Effathá! (Es decir, ábrete.)

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y levantando entonces los ojos al cielo, suspiró y le dice: '¡Effathá!', que significa: '¡Ábrete!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y alzando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata; que es: Sé abierto.

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Marcos 7:34
21 Tagairtí Cros  

Entretanto, y después de mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que seguían gimiendo bajo la dura esclavitud, clamaron, y su clamor, provocado por la esclavitud, subió hasta Dios.


Despreciado, desecho de la humanidad, hombre de dolores, avezado al sufrimiento, como uno ante el cual se oculta el rostro, era despreciado y desestimado.


Él, compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: 'Quiero, queda limpio'.


Y hacia las tres de la tarde Jesús gritó con fuerte voz: 'Eloí, Eloí, lemá sabaktani', que quiere decir: '¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?'.


La agarró de la mano y le dijo: 'Talitha kumi', que significa: 'Muchacha, yo te digo: ¡Levántate!'.


Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, alzó los ojos al cielo y los bendijo; partió los panes, y se los dio a los discípulos para que se los distribuyeran a la gente. Repartió también a todos los dos peces.


Inmediatamente se le abrieron los oídos y se le soltó la atadura de la lengua, de modo que hablaba correctamente.


Jesús, dando un profundo suspiro, dijo: '¿Para qué pedirá esta generación una señal? Os aseguro que no se dará ninguna señal a esta generación'.


Jesús le dijo: '¡Ve! Tu fe te ha salvado'.


Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,


Luego se acercó y tocó el féretro; los que lo llevaban se detuvieron; él dijo: 'Joven, yo te lo mando: Levántate'.


Jesús, al verla llorar y que los judíos que la acompañaban también lloraban, se estremeció y, profundamente emocionado,


Jesús se estremeció profundamente otra vez al llegar al sepulcro, que era una cueva con una gran piedra puesta en la entrada.


Entonces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: 'Padre, te doy gracias porque me has escuchado.


Y dicho esto, gritó muy fuerte: '¡Lázaro, sal fuera!'.


Así habló Jesús. Luego, levantando sus ojos al cielo, dijo: 'Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti,


Pedro le dijo: 'Eneas, Jesús, el mesías, te cura; levántate y haz tú mismo la cama'. Y al instante se levantó.


Pedro echó fuera a todos; luego se arrodilló y se puso a orar; se acercó después al cadáver y dijo: 'Tabita, levántate'. Ella abrió sus ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.


Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado.