el corazón me palpita, las fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos he perdido.
Marcos 15:40 - Biblia Martin Nieto Había también unas mujeres mirando desde lejos. Entre ellas María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, Biblia Nueva Traducción Viviente Algunas mujeres miraban de lejos, entre ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José), y Salomé. Biblia Católica (Latinoamericana) Había unas mujeres que miraban de lejos, entre ellas María Magdalena, María, madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé. La Biblia Textual 3a Edicion También había unas mujeres contemplando de lejos, entre las cuales estaban Miriam de Magdala, Miriam, la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Había además unas mujeres que miraban desde lejos, entre las cuales estaban también María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estaban también algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaba María Magdalena, y María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé; |
el corazón me palpita, las fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos he perdido.
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago, el de Alfeo, y Tadeo;
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
María Magdalena y María la madre de José estuvieron mirando dónde lo ponían.
Pasado el sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamarlo.
Jesús resucitó al amanecer del primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había lanzado siete demonios.
Intentaba ver a Jesús, pero no podía por la gente, porque era bajo de estatura.
Todos los conocidos de Jesús estaban a distancia, igual que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, presenciando todo esto.
¿No tengo derecho a llevar conmigo una mujer cristiana, como los demás apóstoles, los hermanos del Señor, y hasta el mismo Pedro?
Y no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, el hermano del Señor.
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo el Señor, a las doce tribus dispersas por el mundo, salud.