¿Entonces, qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os lo digo; y más que un profeta.
Marcos 11:32 - Biblia Martin Nieto y ¿cómo vamos a decir que de los hombres...?'. Temían al pueblo, porque todos tenían a Juan como verdadero profeta. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Pero nos atrevemos a decir que era meramente humana?». Pues tenían temor de lo que haría la gente, porque todos creían que Juan era un profeta. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero tampoco podían decir delante del pueblo que era cosa de hombres, porque todos consideraban a Juan como un profeta. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, ¿vamos a decir: De los hombres? (Pues temían al pueblo, ya que todos consideraban que Juan era realmente un profeta.) Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero ¿vamos a responder 'de los hombres'?' tenían miedo al pueblo, pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta-. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si dijéremos: De los hombres, tememos al pueblo; porque todos tenían a Juan como un verdadero profeta. |
¿Entonces, qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os lo digo; y más que un profeta.
y querían prenderlo, pero temían a la gente porque lo tenían por profeta.
Ellos se hicieron este razonamiento: 'Si decimos que del cielo, nos dirá: Entonces, ¿por qué no creísteis en él?;
Y respondieron a Jesús: 'No lo sabemos'. Y Jesús les dijo: 'Tampoco yo os digo con qué autoridad hago todo esto'.
Intentaban prenderlo, porque comprendieron que la parábola iba por ellos; pero temían a la gente. Lo dejaron, y se fueron.
porque Herodes respetaba a Juan, pues reconocía que era un hombre justo y santo, y lo protegía; cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Los maestros de la ley y los sumos sacerdotes quisieron entonces mismo echarle mano, pues comprendieron que la parábola iba por ellos, pero temieron al pueblo.
Y los sumos sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de quitarlo de en medio, pues temían al pueblo.
Muchos acudieron a él y decían: 'Juan no hizo ningún milagro, pero todo lo que dijo sobre éste era verdad'.
Entonces el prefecto fue con los alguaciles y los trajo, pero sin emplear la violencia, porque temían que el pueblo los apedrease.