Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin al delito y a la injusticia, para perdonar los crímenes e instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visión y profecía y para consagrar el lugar santísimo.
Marcos 10:45 - Biblia Martin Nieto de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos». Biblia Católica (Latinoamericana) Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre. La Biblia Textual 3a Edicion porque ni el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por° muchos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues aun el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos. |
Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin al delito y a la injusticia, para perdonar los crímenes e instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visión y profecía y para consagrar el lugar santísimo.
Después de las sesenta y dos semanas, matarán a un ungido inocente. La ciudad y el santuario serán destruidos por un príncipe que ha de venir. Su fin será en un cataclismo, y hasta el final habrá guerra y devastaciones decretadas.
de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de todos'.
y el que de vosotros quiera ser el primero que sea el servidor de todos;
igual que mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros.
Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.
Vosotros ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual siendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza.
Cristo nos liberó de la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito el que está colgado en un madero,
que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos y hacer de nosotros un pueblo escogido, limpio de todo pecado y dispuesto a hacer siempre el bien.
sino con la preciosa sangre de Cristo el cordero sin tacha ni defecto