Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad.
E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo.
Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal.
E iban todos a registrarse, cada uno a su ciudad.
Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
Efrón, que estaba entre los hititas, respondió a Abrahán en presencia de los hititas y ante todos los que entraban por la puerta de la ciudad:
Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo.
Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria.
También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén,
para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta.