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Lucas 11:8 - Biblia Martin Nieto

Yo os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos para que deje de molestarle se levantará y le dará todo lo que necesite.

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Biblia Reina Valera 1960

Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Les digo que, aunque no lo haga por amistad, si sigues tocando a la puerta el tiempo suficiente, él se levantará y te dará lo que necesitas debido a tu audaz insistencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Os digo que, aunque no se levante para darle por ser su amigo, por su importunidad se levantará y le dará cuantos necesite.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Os digo que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo suyo, se levantará al menos para que deje de importunarle y le dará cuanto necesita.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, no obstante, por su importunidad, se levantará y le dará todo lo que necesite.

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Lucas 11:8
10 Tagairtí Cros  

El hombre, viendo que no le podía, le dio un golpe en la articulación del muslo y se la descoyuntó durante la lucha con él.


y que él le responde desde dentro: No me molestes; la puerta está cerrada, y yo y mis hijos acostados; no puedo levantarme a dártelos.


Hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo, os pido que luchéis conmigo orando a Dios por mí,


Tres veces he pedido al Señor que me saque esa espina,


Quiero que sepáis qué intensa lucha soporto por vosotros, por los que residen en Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente,


Os saluda Epafras, vuestro compatriota, siervo de Jesucristo, que continuamente se esfuerza suplicando por vosotros, para que os mantengáis firmes y totalmente sometidos a la voluntad de Dios.


Ella le estuvo llorando los siete días que duraba la fiesta. Tanto le insistió que, por fin, al séptimo día se lo explicó, y ella dio a sus paisanos la solución del acertijo.


Como ella prolongase su oración ante el Señor, Elí se fijó en sus labios.