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Levítico 14:43 - Biblia Martin Nieto

Si la mancha reaparece de nuevo, una vez cambiadas las piedras después de haber raspado y revocado la casa,

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Biblia Reina Valera 1960

Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Sin embargo, si el moho vuelve a aparecer después de que todas las piedras hayan sido reemplazadas y las paredes hayan sido raspadas y recubiertas con yeso,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de haber arrancado las piedras y de haberlas raspado y revocado,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero si, después de haber arrancado las piedras y raspado y revocado la casa, la infección irrumpe otra vez en la casa,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si la mancha reaparece y se propaga en la casa después de quitadas las piedras y de haberla raspado y encalado de nuevo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo quitar las piedras, y raspar la casa, y después que fue recubierta,

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Levítico 14:43
9 Tagairtí Cros  

He tratado de purificarte de tu mancha vergonzosa, pero no te has dejado purificar de tu inmundicia. No serás, pues, purificada hasta que yo no desencadene sobre ti mi furor.


Se tomarán otras piedras para reemplazar las primeras, y masa nueva para revocar la casa.


el sacerdote entrará a examinarla; si la mancha se ha extendido por la casa, se trata de lepra contagiosa; la casa es impura.


Si el sacerdote comprueba que la mancha no se ha corrido en la casa después de revocada, la declarará pura, pues la mancha ha desaparecido.


En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, su estado final viene a ser peor que el primero.


Se cumple en ellos la verdad de aquel dicho: El perro vuelve a comer lo que había vomitado y la cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno.


Estos son una vergüenza para vuestras comidas fraternas, comen y beben desvergonzadamente, cebándose a sí mismos. Nubes sin agua arrastradas por el viento; arboles infructuosos en el otoño, dos veces muertos, arrancados de cuajo;