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Jueces 4:17 - Biblia Martin Nieto

Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, mujer de Jéber, el quenita, porque había buenas relaciones entre Yabín, rey de Jasor, y la casa de Jéber, el quenita.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras tanto, Sísara corrió hasta la carpa de Jael, la esposa de Heber, el ceneo, porque la familia de Heber tenía amistad con el rey Jabín, de Hazor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sísera había huido a pie hasta la tienda de Yael, mujer de Jeber el quenita, porque reinaba la paz entre Yabin, rey de Hasor, y Jeber el quenita.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sísara, pues, había huido a pie hasta la tienda de Jael, mujer de Heber ceneo, porque había paz entre Yabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, esposa de Jéber, el quenita, pues había paz entre Yabin, rey de Jasor y la casa de Jéber, el quenita.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, esposa de Heber cineo; porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el cineo.

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Jueces 4:17
14 Tagairtí Cros  

Dios vierte su desprecio sobre los opresores y los hace vagar por el desierto sin camino;


Pusieron veneno en mi comida, cuando tenía sed me dieron a beber vinagre.


El orgullo del hombre causa su humillación, pero el humilde de espíritu obtiene el honor.


No hay paz -dice mi Dios- para los malhechores.


el más valiente entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice el Señor.


Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Goyín. Todo el ejército de Sísara cayó bajo el filo de la espada y no escapó ni un solo hombre.


Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: 'Entra, señor mío, entra; no tengas ningún miedo'. Él entró en la tienda, y ella lo cubrió con una alfombra.


Bendita entre las mujeres sea Yael, (la mujer de Jéber el quenita), bendita entre las mujeres del campamento.


En los días de Sangar, hijo de Anat, en los días de Yael, los caminos estaban desiertos; los que andaban por los caminos, iban por senderos tortuosos.