La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.
Jueces 14:17 - Biblia Martin Nieto Ella le estuvo llorando los siete días que duraba la fiesta. Tanto le insistió que, por fin, al séptimo día se lo explicó, y ella dio a sus paisanos la solución del acertijo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ella no dejaba de llorar cada vez que estaba con él, y siguió llorando hasta el último día de la celebración. Finalmente, cuando llegó el séptimo día, él le dio la respuesta, porque lo estaba fastidiando con tanta insistencia. Y ella les explicó el acertijo a los jóvenes. Biblia Católica (Latinoamericana) Ella siguió así llorando los siete días que duró el banquete, y al séptimo día, como él estaba cansado con eso, le dio la solución.
Ella, inmediatamente, se la dio a los de su pueblo, La Biblia Textual 3a Edicion Y había estado llorando los siete días que duró su banquete, y aconteció que al séptimo día se lo declaró, porque lo acosaba. Ella entonces declaró el enigma a los hijos de su pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella estuvo lloriqueándole así los siete días del festín, hasta que el día séptimo, como tanto le apremiaba, se lo declaró. Al punto ella explicó el acertijo a los de su pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ella lloró delante de él los siete días que ellos tuvieron banquete; y sucedió que el séptimo día él se lo declaró, porque ella lo presionaba; y ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo. |
La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.
Su mujer le dijo: '¿Todavía perseveras en tu rectitud? ¡Maldice a Dios y muere!'.
Ella le persuade a fuerza de halagos, con la seducción de sus labios le arrastra.
Desconfíe cada uno de su prójimo, no os fiéis de un hermano, pues todo hermano estafa y todo amigo siembra calumnias.
No os fiéis del compañero, no confiéis en el amigo; ten cuidado con lo que dices delante de la que se acuesta entre tus brazos.
Yo os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos para que deje de molestarle se levantará y le dará todo lo que necesite.
La mujer de Sansón se echó en brazos de él, llorando, y le dijo: 'Tú me odias, no me amas. Has propuesto un acertijo a mis paisanos y no me lo has explicado a mí'. Él le respondió: 'No se lo he explicado ni a mi padre ni a mi madre, ¿y te lo voy a explicar a ti?'.
El séptimo día, antes de que Sansón entrase en la habitación, los filisteos le dijeron: ¿Qué hay más dulce que la miel, qué hay más fuerte que el león?'. Él les replicó: 'Si no hubieseis arado con mi novilla, no habríais adivinado mi acertijo'.
Dalila dijo a Sansón: 'Te has burlado de mí, me has mentido. Dime cómo habría que atarte'. Él respondió: 'Si me entretejes las siete trenzas de mi cabeza con hilos y las sujetas con un clavo de tejedor, perdería mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera'.
Y tanto le insistía día tras día con la misma pregunta que Sansón, ya desesperado,
Dalila dijo a Sansón: 'Dime, por favor, de dónde te viene tu extraordinaria fuerza y de qué modo podrías ser atado y sujetado'.