Entonces el rey dijo al hombre de Dios: '¡Por favor! Suplica al Señor, tu Dios, y ruega por mí para que pueda mover mi mano'. El hombre de Dios invocó al Señor, y el rey pudo mover la mano, quedando como antes.
Jueces 11:8 - Biblia Martin Nieto Los ancianos de Galaad le respondieron: 'Precisamente por eso recurrimos ahora a ti. Ven con nosotros para luchar contra los amonitas y serás nuestro jefe, el jefe de todos los habitantes de Galaad'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad. Biblia Nueva Traducción Viviente —Porque te necesitamos —contestaron los ancianos—. Si marchas al frente de nosotros a la batalla contra los amonitas, te proclamaremos gobernante de todo el pueblo de Galaad. Biblia Católica (Latinoamericana) Los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: 'Precisamente por eso nos hemos dirigido a ti ahora, para que marches al frente de nosotros y combatas a los amonitas; queremos hacerte jefe de todos los habitantes de Galaad'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: Por esto precisamente nos tornamos ahora a ti, para que vengas con nosotros y luches contra los hijos de Amón y nos sirvas por caudillo a todos los habitantes de Galaad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero los ancianos de Galaad le dijeron: 'Hemos vuelto a ti precisamente ahora, para que vengas con nosotros a pelear contra los amonitas y seas nuestro jefe y el de todos los habitantes de Galaad'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza a todos los que moramos en Galaad. |
Entonces el rey dijo al hombre de Dios: '¡Por favor! Suplica al Señor, tu Dios, y ruega por mí para que pueda mover mi mano'. El hombre de Dios invocó al Señor, y el rey pudo mover la mano, quedando como antes.
Perdonad por esta vez mi pecado. Rezad al Señor, vuestro Dios, para que aleje de mí esta muerte'.
Pero el Faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.
Moisés y Aarón salieron de la presencia del Faraón. Moisés suplicó al Señor en razón de la promesa hecha al Faraón respecto a las ranas.
Rezad al Señor; cesen los truenos y el granizo; yo os dejaré partir, y ya no os quedaréis aquí'.
Entonces el pueblo, los jefes de Galaad, se dijeron unos a otros: 'El que comience a atacar a los amonitas, ése será el jefe de todos los habitantes de Galaad'.
Jefté contestó: 'Si me hacéis volver con vosotros para luchar contra los amonitas y el Señor los entrega en mi mano, entonces seré vuestro jefe'.