Y los enterraron todos en el territorio de Benjamín, en Selá, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl. Se hizo todo lo que había ordenado el rey; y después de esto Dios tuvo piedad del país.
Josué 18:28 - Biblia Martin Nieto Sela Elef, Jebús, o sea Jerusalén, Guibeá y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Ésta fue la heredad de Benjamín, por clanes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Zela, Elef, Jebús (que es Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín conforme a sus familias. Biblia Nueva Traducción Viviente Zela, Elef, la ciudad jebusea (es decir, Jerusalén), Guibeá y Quiriat-jearim; catorce ciudades con sus aldeas vecinas. Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su hogar. Biblia Católica (Latinoamericana) Sela-ha-Elef, el Jebuseo (esto es Jerusalén), Guibea y Quiriat: catorce ciudades y sus aldeas. Esa era la parte de la herencia de los clanes de Benjamín. La Biblia Textual 3a Edicion Sela, Elef, Jebús (que es Jerusalem), Gibeat y Quiriat: catorce ciudades con sus aldeas. Tal es la heredad de los hijos de Benjamín conforme a sus familias. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sela Haalef, Yebús (que es Jerusalén), Guibeá y Quiriat: catorce ciudades con sus aldeas. Ésta era la heredad de hijos de Benjamín, según sus clanes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sela, Elef, Jebús, que es Jerusalén, Gibeat y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín, conforme a sus familias. |
Y los enterraron todos en el territorio de Benjamín, en Selá, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl. Se hizo todo lo que había ordenado el rey; y después de esto Dios tuvo piedad del país.
Jéleb, hijo de Baaná, de Netofá; Itay, hijo de Ribay, de Guibeá de Benjamín;
El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén contra los jebuseos, que habitaban la región. Éstos dijeron a David: 'No entrarás aquí; los ciegos y los cojos te rechazarán'. Como diciendo: 'David no entrará aquí'.
Aquel día dijo David: 'El que quiera derrotar al jebuseo, que entre por el canal. En cuanto a los cojos y a los ciegos, son enemigos de David'. Por eso se dice: 'Los ciegos y los cojos no entrarán en el templo del Señor'.
Éstos eran jefes de familia, agrupados según sus linajes; habitaban en Jerusalén.
Atraviesan el desfiladero, pasan la noche en Guibeá, Ramá se sobresalta, Guibeá de Saúl se da a la fuga.
¡Huid, hijos de Benjamín, lejos de Jerusalén! ¡Tocad la trompeta en Técoa! ¡Sobre Betqueren izad una señal! Pues por el norte asoma la desgracia, un inmenso desastre.
Desde los días de Guibeá has pecado, Israel. ¡No han cambiado! ¿No alcanzará la guerra en Guibeá a estos malvados?
Hijos de Benjamín, por clanes: de Bela, el clan belaíta; de Asbel, el clan asbelita; de Ajirán, el clan ajiranita;
A los más numerosos les darás una porción mayor; a los menos numerosos, una parte más pequeña: a cada uno, su herencia según el número de hombres.
La distribuiréis por suertes entre vuestros clanes; según éstos sean más o menos numerosos, les daréis una heredad grande o pequeña. La que caiga en suerte a cada uno, ésa será su heredad, y haréis la partición según las tribus patriarcales.
Pero los hijos de Judá no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos; por eso los jebuseos viven todavía hoy en Jerusalén junto con los hijos de Judá.
Subía después por el valle de Ben Hinnón hasta tocar la frontera sur del jebuseo, es decir, Jerusalén, y subía a la cima del monte que da vista al valle de Hinnón, a occidente, en el extremo norte de la llanura de Refaín.
bajaba al final de la montaña que está frente al valle de Ben-Hinnón, al norte de la llanura de los refaimitas, y por el valle de Ben-Hinnón, al lado de los jebuseos, hacia el sur, hasta En Rogel;
El segundo lote tocó en suerte a Simeón, por clanes; su heredad quedaba dentro de la de Judá.
Sin embargo, los de la tribu de Benjamín no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos, que han continuado viviendo allí hasta el día de hoy con los de Benjamín.
Pero el levita no quiso pasar allí la noche. Se levantó y se fue. Avistaron a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba los dos asnos cargados, la concubina y el criado.
También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; y con él se fueron los valientes a los que Dios había tocado el corazón.