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Josué 10:32 - Biblia Martin Nieto

El Señor entregó a Laquis en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella, como había hecho con Libná.

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Biblia Reina Valera 1960

y Jehová entregó a Laquis en mano de Israel, y la tomó al día siguiente, y la hirió a filo de espada, con todo lo que en ella tenía vida, así como había hecho en Libna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Igual que en las veces anteriores, el Señor les entregó Laquis. Josué la tomó el segundo día y mató a todos sus habitantes, tal como había hecho en Libna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yavé puso a Laquis en manos de Israel. Se apoderó de ella al segundo día y la pasó a cuchillo como también a todos sus habitantes, igual como lo había hecho con Libna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y YHVH entregó Laquis en mano de Israel y la conquistó al segundo día, y la hirió a filo de espada junto con toda persona que había en ella, como había hecho con Libna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y Yahveh entregó Laquis en mano de Israel, que se apoderó de ella al segundo día y mató a filo de espada a cuantas personas había en ella, como había hecho con Libná.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová entregó a Laquis en mano de Israel, y la tomó al día siguiente, y la hirió a filo de espada, con todas las almas que había en ella, como había hecho en Libna.

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Josué 10:32
7 Tagairtí Cros  

Josué derrotó a Amalec y a su ejército a filo de espada.


El general regresó entonces y fue a encontrarse con el rey de Asiria que estaba atacando a Libná, pues había sabido que el rey se había retirado de Laquis,


Cuando te los haya entregado y tú los hayas derrotado, los entregarás al exterminio; no harás pactos ni tendrás compasión con ellos.


Ese mismo día Josué tomó a Maqueda y la destruyó; pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella sin dejar ni un superviviente; al rey de Maqueda lo trató como había tratado al rey de Jericó.


De Libná pasaron a Laquis; la sitiaron y la atacaron.


Horán, el rey de Guézer, subió para socorrer a Laquis; pero Josué lo derrotó a él y a su pueblo, hasta que no quedó ni un superviviente.


Josué se apoderó de todas las ciudades de estos reyes, y a todos los pasó a filo de espada, consagrándolos al exterminio, como había mandado Moisés, siervo del Señor.