Y se decían unos a otros: 'Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano. Lleno de angustia nos pedía clemencia, y no le hicimos caso. Por eso nos ha venido esta desgracia'.
Job 7:11 - Biblia Martin Nieto Por eso no cerraré mi boca, voy a quejarme en la amargura de mi alma. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, no refrenaré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma. Biblia Nueva Traducción Viviente »No puedo evitar hablar; debo expresar mi angustia. Mi alma llena de amargura debe quejarse. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, no quiero callarme
sino que expresaré la angustia de mi espíritu
y haré que escuchen la pena de mi alma. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, no refrenaré mi boca, Hablaré en la angustia de mi espíritu, Me quejaré en la amargura de mi alma. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso no retendré mis palabras, hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, yo no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma. |
Y se decían unos a otros: 'Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano. Lleno de angustia nos pedía clemencia, y no le hicimos caso. Por eso nos ha venido esta desgracia'.
Mi alma siente asco de mi vida; quiero dar libre curso a mis lamentos, derramaré la amargura de mi alma.
Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! Si inocente, no oso levantar la cabeza, saturado de ignominia, ebrio de aflicción.
¡Guardad silencio! Pues yo voy a hablar, venga sobre mí lo que viniere.
Y otros mueren con el alma amargada, sin haber gozado de la felicidad.
Guárdate de inclinarte a la injusticia, pues por ella te ha probado la desgracia.
¿Pensáis acaso refutar palabras, dichos de un desesperado que son tan sólo viento?
Si digo: Voy a olvidarme de mis quejas, a mudar de semblante y ponerme alegre,
Enmudecí, guardé silencio; callé, pero fue en vano, pues mi dolor se hizo insoportable, mi corazón ardía dentro de mí;
Dios mío, yo quiero hacer tu voluntad, tu ley está en el fondo de mi alma'.
¿Qué diré? ¿De qué le voy a hablar? Es él quien actúa. Terminaré el curso de mis años, pasada la amargura de mi alma.
Oh, sí, en salud se cambia mi amargura. Tú has salvado mi vida de la fosa vacía, te has echado a las espaldas todos mis pecados.
Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo.
Os escribí esa carta profundamente acongojado y angustiado, y hasta con lágrimas en los ojos, no para causaros tristeza, sino para manifestaros el amor tan grande que os tengo.
Ella, con el alma llena de amargura y bañada en lágrimas, se puso a rezar al Señor,