Job 32:2 - Biblia Martin Nieto Se encendió entonces la ira de Elihú, hijo de Baraquel, el buzita, de la familia de Ram. Su ira se encendió contra Job porque pretendía tener razón frente a Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Eliú, hijo de Baraquel el buzita, del clan de Ram, se enojó, porque Job no quería admitir que había pecado y que Dios tenía razón cuando lo castigó. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Elihú, hijo de Barakel, busita de la familia de Ram, se enojó contra Job, porque creía tener razón frente a Dios;' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Eliú,° hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job, porque él se justificaba a sí mismo antes que a ’Elohim. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces se encendió la cólera de Elihú, hijo de Baraquel, el buzita, de la familia de Ram. Su cólera se encendió contra Job, porque pretendía tener razón frente a Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Eliú, hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira por cuanto él se justificaba a sí mismo más que a Dios. |
¿Acaso vas a mostrarte violento, a despreciar la obra de tus manos y secundar el plan de los inicuos?
La iniquidad inspira tus palabras y adoptas el lenguaje de los cínicos.
¡Por el Dios vivo, que me ha quitado mi derecho; por el todopoderoso, que me amarga el alma;
Me aferraré a mi justicia y no la soltaré; mi corazón no tendrá que avergonzarse de mis días.
Te has vuelto cruel para conmigo, con mano desplegada en mí te cebas.
Se encendió también su ira contra los tres amigos, porque no habían encontrado ya respuesta alguna, y así habían imputado el mal a Dios.
Así has dicho a mis propios oídos -pues he escuchado el rumor de tus palabras-:
¿Crees tal vez que afianzas tu derecho, que ante Dios afirmas tu justicia,
¿Es que quieres anular mi derecho? Para justificarte, ¿me vas a condenar?
pues soy como un extranjero para mis hermanos, como un extraño para los hijos de mi madre.
Entonces, mirándolos indignado y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: 'Extiende tu mano'. La extendió y quedó sana.
Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: '¿Quién es mi prójimo?'.
Si os indignáis, no lleguéis a pecar y que vuestra indignación cese ates de que se ponga el sol;