¡Oh, sí, me abruman los burlones, y de amargura se consumen mis ojos!
No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya amargura se detienen mis ojos.
Estoy rodeado de burlones; observo que se mofan de mí de manera implacable.
¿No soy acaso el blanco de las burlas y mis noches envenenan sus insolencias?
No hay sino escarnecedores conmigo, Y mis ojos tienen que soportar su provocación.
En verdad, soy objeto de escarnios; paso las noches en amarguras.
No hay sino escarnecedores conmigo, y mis ojos se detienen en su provocación.
¿Tu palabrería hará callar a los demás? ¿Te mofarás sin que nadie te confunda?
Se hace burla del amigo, del que invoca a Dios para pedir respuesta. ¡Ludibrio es el justo íntegro!
¿Qué tal si él os sondease? ¿Le engañaríais como se engaña a un hombre?
Mi lamento es mi abogado cuando ante Dios lágrimas vierten mis ojos.
yo me he vuelto el escarnio de la gente, alguien a quien en la cara se le escupe.
Permitid que yo hable; después que hable, os podéis burlar.
Y si todos vosotros lo observáis, ¿para qué esos vanos discursos en el vacío?
tendrá una vida feliz y su posteridad heredará la tierra.
Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,