¿No acabarán esas palabras vanas? ¿Qué es lo que te duele para que así respondas?
¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder?
¿Nunca dejarán de decir más que palabrería? ¿Qué los mueve a seguir hablando?
¿No se acabarán tus palabras vanas? ¿Que necesidad tienes de discutir?
¿Habrá fin para las palabras huecas? ¿Qué te hace responder así?
¿Tendrán fin las hueras palabras? ¿Qué te mueve a responder así?
¿Tendrán fin las palabras vanas? ¿O qué te anima a responder?
¿Responde un sabio con razones huecas? ¿Llena su pecho de viento solano?
Una injuriosa corrección he escuchado, mas mi espíritu la réplica me inspira.
Y si todos vosotros lo observáis, ¿para qué esos vanos discursos en el vacío?
¿Pensáis acaso refutar palabras, dichos de un desesperado que son tan sólo viento?
¿Hasta cuándo seguirás hablando así y las palabras de tu boca serán un viento desatado?
Nadie podía responderle; y desde aquel día nadie se atrevió a preguntarle.
a los que es preciso tapar la boca. Revuelven familias enteras enseñando lo que no deben, llevados por el ansia de ganancias sucias.
de palabra sana, irreprochable, de modo que el adversario quede en vergüenza al no poder alegar contra nosotros nada malo.
Así hacía año tras año, cada vez que subían a la casa del Señor; Ana lloraba y no quería comer.