¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! Con gritos de júbilo anunciad y proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la tierra. Decid: El Señor ha redimido a su siervo Jacob.
Jeremías 51:45 - Biblia Martin Nieto Sal de en medio de ella, pueblo mío, y sálvese quien pueda del ardor de la ira del Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente »Sal, pueblo mío, huye de Babilonia. ¡Sálvense! Huyan del terrible enojo del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) salgan de allí, pueblo mío! ¡Que cada uno de ustedes salve su vida ante el fuego de la cólera de Yavé! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Salid de en medio de ella, pueblo mío!° ¡Ponte a salvo de la ardiente ira de YHVH! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sal, pueblo mío, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su alma de la ira del furor de Jehová. |
¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! Con gritos de júbilo anunciad y proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la tierra. Decid: El Señor ha redimido a su siervo Jacob.
¿Oís? Fugitivos y escapados del país de Babilonia vienen a anunciar en Sión la venganza del Señor, nuestro Dios.
Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos, sed como machos cabríos a la cabeza del rebaño.
Vosotros, los escapados de la espada, salid, no os detengáis. Invocad al Señor en esta tierra lejana y acordaos de Jerusalén.
¡Huid de Babilonia, cada cual salve su vida! No perezcáis en su castigo, porque es la hora de la venganza del Señor y va a pagarle como se merece.
Queríamos curar a Babilonia, pero no se ha curado. Dejémosla y marchémonos cada uno a nuestra tierra. Sí, su condenación llega hasta el cielo, se eleva hasta las nubes.
Entonces el ángel que hablaba conmigo se quedó parado, y otro ángel se le adelantó
y dijo a la comunidad: 'Alejaos de las tiendas de estos malvados; no toquéis nada de cuanto les pertenece, no sea que perezcáis envueltos por sus pecados'.
Y con otras muchas palabras los apremiaba y los exhortaba diciendo: 'Salvaos de esta generación perversa'.
Por esto: Salid y separaos de ellos -dice el Señor-; no toquéis nada impuro, y yo os recibiré;
Oí otra voz que venía del cielo y decía: Sal de ella, oh pueblo mío, para que no seas solidario de sus pecados y no participes de sus plagas;