mandó a prenderlo y lo metió en la cárcel donde estaban los presos del rey. Así José fue a parar a la cárcel.
Jeremías 37:15 - Biblia Martin Nieto Éstos, encolerizados contra Jeremías, lo golpearon y lo encerraron en casa del secretario Jonatán, la cual había sido convertida en cárcel. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos estaban furiosos con Jeremías y mandaron que lo azotaran y lo encarcelaran en la casa del secretario Jonatán porque la casa de Jonatán había sido convertida en prisión. Biblia Católica (Latinoamericana) Estos, furiosos contra Jeremías, lo golpearon y lo encerraron en casa del secretario Jonatán, que habían convertido en cárcel. La Biblia Textual 3a Edicion Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y lo azotaron y lo pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, pues la habían convertido en cárcel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los jefes se encolerizaron contra Jeremías, lo golpearon y lo metieron en la prisión de la casa de Jonatán, el secretario, convertida en cárcel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los príncipes se enojaron contra Jeremías, y lo azotaron, y lo pusieron en prisión en la casa de Jonatán, el escriba, porque a esta la habían convertido en cárcel. |
mandó a prenderlo y lo metió en la cárcel donde estaban los presos del rey. Así José fue a parar a la cárcel.
Asá se indignó contra el profeta y lo metió en la cárcel, pues sus palabras le habían llenado de cólera contra él. Asá maltrató también a otros del pueblo.
y decidles: Ésta es la orden del rey: Meted a este hombre en la cárcel y tenedlo a pan y agua y poco de cada cosa hasta que yo vuelva sano y salvo'.
Pero tú, Señor, conoces bien sus planes asesinos contra mí. No perdones su crimen, no borres de tu vista su pecado. ¡Caigan derribados ante ti, actúa contra ellos en el día de tu cólera!
Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios'.
El ejército del rey de Babilonia estaba a la sazón asediando a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba detenido en el patio de la cárcel del palacio real de Judá,
Ahora, pues, por favor, escucha, oh rey, mi señor: Dígnate acoger mi súplica y no me vuelvas a mandar a la casa del secretario Jonatán, para que no muera yo allí'.
Por entonces Jeremías andaba con libertad en medio del pueblo, pues todavía no había sido encarcelado.
les dirás: Yo sólo he suplicado humildemente al rey que no me haga volver a casa de Jonatán a morir allí'.
Entonces ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna del príncipe Malquías, situada en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en él.
Estando todavía Jeremías recluido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de parte del Señor en estos términos:
Pero los viñadores agarraron a los criados, y a uno le pegaron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.
a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,
lo cubrieron con un velo y le preguntaban: 'Adivina quién te ha pegado'.
Al decir esto Jesús, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciendo: '¿Así respondes al sumo sacerdote?'.
'¿No os ordenamos solemnemente que no enseñaseis en nombre de ése? Y, sin embargo, habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre'.
Llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron terminantemente hablar más de Jesús y los soltaron.
No te acobardes ante lo que vas a sufrir. El diablo va a encarcelar a algunos de vosotros; es para poneros a prueba; sufriréis una prueba de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.