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Jeremías 35:16 - Biblia Martin Nieto

Los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han sido fieles a la orden recibida de su padre; este pueblo, en cambio, no ha querido obedecerme a mí.

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Biblia Reina Valera 1960

Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los descendientes de Jonadab, hijo de Recab, han obedecido a su antepasado en todo, pero ustedes rehusaron escucharme”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Mientras que los hijos de Jonadab, hijo de Recab, cumplieron la orden que les dejó su padre, este pueblo, en cambio, ni siquiera se ha parado a escucharme!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por cuanto los hijos de Jonadab ben Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre, en tanto que este pueblo no me obedece a mí,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mientras los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han cumplido la orden que su antepasado les había impuesto, este pueblo no me ha escuchado a mí.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ciertamente los hijos de Jonadab, hijo de Recab, tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; mas este pueblo no me ha obedecido.

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Jeremías 35:16
8 Tagairtí Cros  

Isbaal, hijo de Saúl, tenía dos hombres, jefes de banda, Baaná y Recab. Eran hijos de Rimón de Beerot, de los hijos de Benjamín, pues también Beerot era considerado de Benjamín.


Conoce el buey a su señor y el asno el pesebre de su amo. Israel, en cambio, no conoce; mi pueblo no comprende.


Se han observado las órdenes de Jonadab, hijo de Recab, que prohibió a sus descendientes beber vino, y ellos, fieles al mandato de su antepasado, no lo han bebido hasta el presente. En cambio, yo os he hablado a vosotros insistentemente, sin cansarme y no me habéis escuchado.


Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Mejorad vuestra conducta y vuestras obras y yo habitaré con vosotros en este lugar.


El hijo honra a su padre, el siervo honra a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está el honor que me pertenece? Y si soy señor, ¿dónde el respeto que se me debe?, dice el Señor todopoderoso justamente a vosotros, sacerdotes, que mientras despreciáis mi nombre, todavía decís: ¿En qué hemos despreciado tu nombre?