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Jeremías 26:16 - Biblia Martin Nieto

Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios'.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que los funcionarios y el pueblo les dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no merece la pena de muerte porque nos ha hablado en el nombre del Señor nuestro Dios».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces los jefes, apoyados por todo el pueblo, dijeron a los sacerdotes y profetas: 'Este hombre no merece la muerte, realmente nos ha hablado en nombre de Yavé, nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no merece sentencia de muerte, pues nos ha hablado en el nombre de YHVH nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los príncipes y todo el pueblo dijeron entonces a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no merece pena de muerte, porque nos ha hablado en nombre de Yahveh, vuestro Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas. No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado.

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Jeremías 26:16
19 Tagairtí Cros  

Si te obstinas en callar, los judíos encontrarán ayuda y salvación por otra parte, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¡Y quién sabe si para una circunstancia como ésta no habrás llegado a ser reina!'.


¿Quién defenderá mi causa contra los criminales, quién estará de mi parte contra los delincuentes?


Cuando el Señor se complace en la conducta de un hombre, reconcilia con él incluso a sus enemigos.


Los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a todo el pueblo: 'Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha profetizado contra la ciudad, como habéis escuchado con vuestros propios oídos'.


Todas las autoridades y el pueblo entero, que habían aceptado el compromiso de manumitir a sus respectivos esclavos y esclavas y no tenerlos más sometidos a esclavitud, obedecieron y los emanciparon.


Entonces los dignatarios dijeron a Baruc: 'Ve y escóndete, con Jeremías: que nadie sepa dónde estáis'.


más aún, por más que Elnatán, Delayas y Gamarías rogaron al rey que no quemara el libro, él no les hizo caso.


Éstos, encolerizados contra Jeremías, lo golpearon y lo encerraron en casa del secretario Jonatán, la cual había sido convertida en cárcel.


El centurión, por su parte, y los que con él estaban custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que ocurrían, tuvieron mucho miedo y decían: 'Verdaderamente éste era hijo de Dios'.


Nosotros estamos aquí en justicia, porque recibimos lo que merecen nuestras fechorías; pero éste no ha hecho nada malo'.


El oficial, al ver lo que había ocurrido, daba gloria a Dios, diciendo: 'Verdaderamente este hombre era justo'.


he encontrado que lo acusaban por cuestiones de su ley y que no había cometido delito que merezca la muerte o la prisión.


Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: 'Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?'.


Yo he constatado que él no había hecho nada que mereciera la muerte; pero como él mismo ha apelado a Augusto, he decidido enviarlo.