Todos éstos eran de la tribu de Gad, jefes del ejército, el más pequeño podía hacer frente a cien hombres; el mayor, a mil.
Jeremías 12:5 - Biblia Martin Nieto Si te agotas corriendo con los de a pie, ¿cómo podrás competir con los de caballería? Si no estás seguro en un país tranquilo, ¿qué harás en la espesura del Jordán? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás en la espesura del Jordán? Biblia Nueva Traducción Viviente «Si te cansa competir contra simples hombres, ¿cómo podrás correr contra caballos? Si tropiezas y caes en campo abierto, ¿qué harás en los matorrales cerca del Jordán? Biblia Católica (Latinoamericana) Si te cansa correr con los de a pie, ¿cómo competirás con los de a caballo? Si en país tranquilo no te sientes seguro, ¿qué harás en los bosques del Jordán? La Biblia Textual 3a Edicion Si ya estás cansado corriendo con la infantería, ¿Cómo podrás competir con la caballería? Si sólo en tierra segura te sientes tranquilo, ¿Qué harás en la maleza del Jordán? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si corriendo con los de a pie, te has fatigado, ¿cómo vas a competir con los de a caballo? Si en país tranquilo te sientes postrado, ¿qué harás en la jungla del Jordán? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz te escondiste, ¿cómo harás en la hinchazón del Jordán? |
Todos éstos eran de la tribu de Gad, jefes del ejército, el más pequeño podía hacer frente a cien hombres; el mayor, a mil.
Mi alma en mi interior se aflige, por eso te recuerdo desde la región del Jordán, desde el Hermón y el monte de Misar.
Si te muestras débil en tiempo de prosperidad, en el día de la desventura tu fuerza será flaqueza.
No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor y no te enfades por su reprensión,
Y el Señor omnipotente ha hablado así contra las gentes de Anatot, que andan buscando mi vida y dicen: ¡No profetices en nombre del Señor, si no quieres morir a nuestras manos!
Y en cuanto Jeremías terminó de decir lo que el Señor le había ordenado comunicar a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas lo apresaron, diciendo: '¡Vas a morir!
Luego el rey ordenó al príncipe Yeragmeel, a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, prender a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los había escondido.
Como un león que sube de la espesura del Jordán a un pasto de perenne verdor, así, en un instante, los haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me pueda hacer frente?
Como un león que sube de la espesura del Jordán a una pradera de perenne verdor, así, en un instante, les haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me puede hacer frente?
Cuando llegaron al Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca pisaron el borde de las aguas -el Jordán se desborda por todas sus orillas durante el tiempo de la siega-,
Queridos hermanos, no os extrañéis, como si fuera algo raro, de veros sometidos al fuego de la prueba;