El Señor dio fuerzas a Elías, que se ciñó y fue corriendo delante de Ajab hasta Yezrael.
Isaías 8:11 - Biblia Martin Nieto Así me habló el Señor cuando me tomó de la mano y me advirtió que no siguiera la senda de este pueblo: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor me dio una firme advertencia de no pensar como todos los demás. Me dijo: Biblia Católica (Latinoamericana) Esta es la advertencia que me dirigió Yavé en el momento en que me tomó de su mano y me mandó que no siguiera el camino de este pueblo. Estas fueron sus palabras: La Biblia Textual 3a Edicion Así me habló YHVH, y su mano era fuerte sobre mí, Y me amonestó para que no anduviera en el camino de este pueblo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Que así me dijo Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir el camino de este pueblo: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque Jehová me habló así con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: |
El Señor dio fuerzas a Elías, que se ciñó y fue corriendo delante de Ajab hasta Yezrael.
Yo quiero enseñarte, indicarte el camino que tienes que seguir, quiero darte un consejo, quiero mirar por ti.
¡Ay de estos hijos rebeldes! -dice el Señor-. Ejecutan proyectos que no son los míos; conciertan pactos, mas no según mi espíritu, de modo que acumulan pecado tras pecado.
Entonces me dijo el Señor: 'Si vuelves, yo te haré volver y continuarás a mi servicio; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Ellos volverán a ti, no tú a ellos.
Tú me has seducido, Señor, y yo me he dejado seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido. Me he convertido en irrisión continua, todos se burlan de mí.
Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar.
El espíritu me levantó y me arrebató; iba yo amargado, con el ánimo lleno de excitación, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí.