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Isaías 50:1 - Biblia Martin Nieto

Esto dice el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio por la que yo he despedido a vuestra madre? O ¿cuál es mi acreedor a quien yo os haya vendido? Por vuestras culpas fuisteis vendidos, por vuestros pecados fue despedida vuestra madre.

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Taispeáin Interlinear Bible

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Biblia Reina Valera 1960

Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Esto dice el Señor: «¿Despedí a la madre de ustedes porque me divorcié de ella? ¿Los vendí a ustedes como esclavos a mis acreedores? No, fueron vendidos a causa de sus propios pecados; su madre también fue llevada a causa de los pecados de ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así habla Yavé: ¿Acaso despedí a su madre? ¡Muéstrenme el certificado de divorcio!

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así dice YHVH: ¿Dónde está la carta de divorcio con que repudié a vuestra madre? ¿O, a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí, por vuestras iniquidades fuisteis vendidos, Por vuestras transgresiones fue repudiada vuestra madre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habría repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habría vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así dice Jehová: ¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, la cual yo repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades os habéis vendido, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre:

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Isaías 50:1
27 Tagairtí Cros  

En verdad no hubo nadie que como Ajab se prestase a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, a lo cual le incitaba su esposa Jezabel,


Pasaron a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron adivinaciones y encantamientos y se entregaron a hacer todo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando así su indignación.


Una mujer, esposa de un discípulo de los profetas, fue a lamentarse a Eliseo: 'Mi marido ha muerto. Tú bien sabes que tu siervo era temeroso del Señor. Pues bien, el acreedor ha venido a llevarse mis dos hijos como esclavos'.


Nuestra carne es igual que la de nuestros hermanos; nuestros hijos son como los suyos; y, sin embargo, nos vemos obligados a someter nuestros hijos y nuestras hijas a la esclavitud. Algunas de nuestras hijas son ya esclavas, sin que podamos impedirlo, ya que nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros'.


pues yo y mi pueblo estamos condenados al exterminio, a la matanza, al aniquilamiento. Si al menos se hubiese tratado de vendernos como esclavos o esclavas, callaría; pero el enemigo no podrá compensar los daños al rey'.


nos entregas como ovejas para el matadero, y nos has dispersado entre los pueblos.


Si uno vende a su hija por esclava, ésta no saldrá de casa, como salen los esclavos.


Los rebeldes y los pecadores serán a una destrozados, y aquellos que se alejen del Señor perecerán.


Lo ha castigado con la dispersión, con el destierro; lo ha aventado con la fuerza de su soplo, como en día de viento solano.


Ya pecó tu primer padre, y tus mediadores se han rebelado contra mí;


Recordad esto y entendedlo bien; entrad en razón, pecadores.


Esto dice el Señor: 'Gratis habéis sido vendidos, y también sin pagar seréis rescatados'.


Sí, como a una mujer abandonada y desolada te ha requerido el Señor. A la esposa tomada en la juventud, ¿se la puede rechazar? - dice tu Dios-.


Sólo por un momento te había abandonado, pero con inmensa piedad te recojo de nuevo.


Clama a voz en grito sin reparo, alza tu voz como la corneta. Anuncia a mi pueblo sus injusticias, a la casa de Jacob sus pecados.


No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades.


El Señor me dijo: Si un hombre se divorcia de su mujer y ella, al separarse de él, se casa con otro, ¿podrá volver a él de nuevo? ¿No se ha infamado totalmente esa mujer? Tú te has prostituido con innumerables amantes, ¿y pretendes volver a mí? -dice el Señor-.


Ha visto también que, por todos sus adulterios, yo repudié a la rebelde Israel y le di su acta de divorcio. Pero su hermana, la pérfida Judá, no se ha asustado; ha ido también ella a prostituirse.


Tu conducta, tus acciones te han merecido esto. He ahí tu maldad: amargura es que el corazón te punza.


Tú tropiezas de día, y el profeta tropieza contigo de noche; yo reduciré al silencio a tu madre.


Si un hermano tuyo ha contraído una deuda contigo y se vende a ti, no le tratarás como esclavo;


No teniendo con qué pagar, el señor mandó que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que le fuera pagada la deuda.


¿Cómo puede uno solo perseguir a mil / y dos poner en fuga a diez mil, / sino porque su roca los ha vendido / y el Señor los ha entregado?