para que reconozcan todos los pueblos de la tierra que el Señor es Dios y que fuera de él no hay otro.
Isaías 45:5 - Biblia Martin Nieto Yo soy el Señor, no hay ningún otro: no existe dios fuera de mí. Yo te he ceñido antes de que me conocieses, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, Biblia Nueva Traducción Viviente Yo soy el Señor; no hay otro Dios. Te he preparado para la batalla, aunque tú ni siquiera me conoces, Biblia Católica (Latinoamericana) Yo soy Yavé, y no hay otro igual,
fuera de mí no hay ningún otro Dios.
Sin que me conocieras estuve contigo, La Biblia Textual 3a Edicion Yo soy YHVH, y no hay otro, Fuera de mí no hay Dios. Yo te he ceñido, aunque no me conoces, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo, Yahveh, y nadie más; fuera de mí no hay ningún dios. Te ciño sin que me conozcas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo soy Jehová, y no hay ningún otro. No hay Dios fuera de mí. Yo te ceñí, aunque tú no me has conocido; |
para que reconozcan todos los pueblos de la tierra que el Señor es Dios y que fuera de él no hay otro.
'Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado de construirle un templo en Jerusalén, en Judá.
Sobre los nobles vierte el menosprecio y suelta la correa de los fuertes.
Oh Dios, su camino es perfecto, la palabra del Señor se cumple siempre, él es el escudo de los que se refugian en él.
¿Quién es Dios fuera del Señor? ¿Quién es roca fuera de nuestro Dios?
Esta vez voy a desencadenar todas mis plagas contra ti y contra tus servidores y contra tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra.
para vestirlo con tu túnica, ceñirlo con tu banda y poner en sus manos tus poderes. Él será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.
Pero ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos, a fin de que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios'.
Vosotros sois mis testigos -dice el Señor- y mis siervos, a quienes yo he elegido, para que me conozcáis y creáis en mí y comprendáis que soy yo; antes de mí no existió ningún dios, y ningún otro existirá después.
Esto dice el Señor, rey de Israel, su redentor, el Señor omnipotente. Yo soy el primero y el último, no hay otro dios fuera de mí.
No os asustéis, no temáis. ¿No os lo di a conocer y os lo anuncié yo hace mucho? Vosotros sois testigos: ¿Hay dios fuera de mí o raza alguna? ¡Yo no lo conozco!
Esto dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien yo tomé de la mano para someter a las naciones y desatar las cinturas de los reyes; para abrir puertas ante él sin dejar que se cierren:
para que se sepa desde el levante hasta el poniente que no hay nadie fuera de mí. Yo, el Señor, y ningún otro.
Acordaos de lo pasado desde antiguo, que yo soy Dios y no existe ningún otro dios y nadie igual a mí.
Escucha, pues, ahora, voluptuosa, tú que te sientes segura y dices en tu corazón: Yo y nadie fuera de mí; no quedaré viuda, ni perderé a mis hijos.
Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, pondré en su mano mi espada y romperé los brazos del Faraón, que gemirá ante él, como un herido de muerte.
Sabréis que en medio de Israel estoy yo; que yo, el Señor, soy vuestro Dios y no hay otro. Nunca más mi pueblo será cubierto de vergüenza.
En el principio existía aquel / que es la Palabra, / y aquel que es la Palabra / estaba con Dios y era Dios. /
Ved ahora que soy yo, / que soy el único, / y que no hay Dios alguno más que yo. / Soy yo el dueño de la muerte y de la vida. / Yo hiero y yo curo. No hay nadie que se libre de mi mano.
Te ha hecho ver todo esto para que sepas que el Señor es el verdadero Dios y que no hay otro.
Reconócelo y medítalo en tu corazón: el Señor es Dios allá arriba en los cielos y aquí abajo en la tierra; es él, y no hay otro.