El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán.
Isaías 42:4 - Biblia Martin Nieto No desistirá, no desmayará hasta que implante en la tierra la justicia y sus leyes, que las islas esperan. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. Biblia Nueva Traducción Viviente No vacilará ni se desalentará hasta que prevalezca la justicia en toda la tierra. Aun las tierras lejanas más allá del mar esperarán sus instrucciones». Biblia Católica (Latinoamericana) No se dejará quebrar ni aplastar,
hasta que establezca el derecho en la tierra.
Las tierras de ultramar esperan su ley. La Biblia Textual 3a Edicion No vacilará ni desfallecerá, Hasta que haya establecido la justicia en la tierra, Y en su enseñanza esperanzarán las costas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No flaqueará ni desmayará, hasta que imponga en la tierra equidad; las islas esperan su enseñanza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No se cansará, ni desmayará, hasta que haya puesto juicio en la tierra; y las islas esperarán su ley. |
El cetro no será arrebatado de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos obedecerán.
Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: '¡Viva su corazón eternamente!'.
Él se sienta sobre el globo de la tierra, cuyos habitantes le parecen saltamontes; él despliega los cielos como tenue velo y los extiende como una tienda para vivir en ella;
¿No lo sabes? ¿No lo has oído? El Señor es un Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, su inteligencia es insondable.
Las islas lo ven y se estremecen, tiemblan los confines de la tierra, se acercan y allí están.
Cantad al Señor un canto nuevo, su alabanza desde los extremos de la tierra; le ensalce el mar y cuanto abarca, las islas con todos sus habitantes.
El Señor quiere, por amor a su justicia, engrandecer y magnificar la ley.
Escuchadme, islas; prestad atención, pueblos lejanos: El Señor me ha llamado desde el vientre de mi madre, desde el seno ha pronunciado mi nombre.
Estad atentos, pueblos; naciones, prestadme oídos, porque de mí viene la ley, y mi derecho será la luz de los pueblos.
Haré que llegue de repente mi justicia, mi salvación surgirá como la luz. Mi brazo va a juzgar a los pueblos. En mí esperan las islas, y en mi brazo confían.
Mira, a pueblos que no conocías llamarás y naciones desconocidas correrán hacia ti, por el Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
Sí, los barcos para mí se congregan, y al frente de ellos los navíos de Tarsis, para traer de lejos a tus hijos, con su plata y su oro, por el nombre del Señor tu Dios, por el Santo de Israel, esplendor tuyo.
Les daré una señal y mandaré a algunos de sus supervivientes a los pueblos de Tarsis, Etiopía, Libia, Mosoc, Ros, Tubal y Yaván; a las islas lejanas, que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Ellos publicarán mi gloria entre los pueblos.
Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin al delito y a la injusticia, para perdonar los crímenes e instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visión y profecía y para consagrar el lugar santísimo.
Él dijo al hombre que tenía la mano seca: 'Levántate y ponte en medio'.
pero manifestado ahora por los escritos proféticos, dado a conocer a todas las naciones por orden del Dios eterno para que abracen la fe,
con los que están sin ley, como quien está sin ella, para ganarlos, yo que no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo.