Entonces Jeconías, rey de Judá, salió al encuentro del rey de Babilonia, él y su madre, sus cortesanos, sus magnates y sus eunucos. Y el rey de Babilonia los capturó al año octavo de su reinado.
Isaías 24:6 - Biblia Martin Nieto Por eso la maldición devora la tierra, y sus habitantes sufren los efectos; por eso los habitantes de la tierra se consumen, y sólo quedan unos pocos hombres. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, una maldición consume la tierra; sus habitantes tienen que pagar el precio por su pecado. El fuego los destruye, y solo unos cuantos quedan con vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, una maldición ha devorado la tierra
por culpa de sus habitantes;
por eso, se han ido muriendo
y sólo quedan unos pocos.
(' La Biblia Textual 3a Edicion Por esto una maldición devora la tierra, Y sus habitantes lo pagan. Por esta causa los habitantes de la tierra son consumidos, Y la humanidad ha disminuido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso la maldición devora la tierra, y expían la culpa los que la habitan; por eso disminuyen los habitantes y quedan hombres contados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por esta causa la maldición consumió la tierra, y los que habitan en ella fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y pocos son los hombres que aún quedan. |
Entonces Jeconías, rey de Judá, salió al encuentro del rey de Babilonia, él y su madre, sus cortesanos, sus magnates y sus eunucos. Y el rey de Babilonia los capturó al año octavo de su reinado.
Sólo dejó a los más pobres para el cultivo de los viñedos y los campos.
El hombre fuerte se hará estopa, y su obra una chispa; arderán los dos juntos, y no habrá quien lo extinga.
Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado un residuo, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra.
Pues en los cielos se embriaga mi espada; y ya se abalanza sobre Edón, sobre el pueblo que he entregado al castigo.
tus jefes han profanado el santuario, por eso he entregado a Jaco al exterminio, y a Israel a los ultrajes.
Como la lengua de la llama devora el rastrojo y como el heno es consumido por el fuego, así su raíz se pudrirá y su flor será aventada como polvo, por rechazar la ley del Señor todopoderoso y despreciar la palabra del Santo de Israel.
Se muerde a la derecha, y aún se tiene hambre; se come a la izquierda, y no se sacian; todos devoran la carne de su prójimo.
¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, y reseca la hierba de todo el campo? Por la maldad de los habitantes perecen bestias y aves, porque dicen: '¡Dios no ve nuestros caminos!'.
Por eso así habla el Señor, Dios todopoderoso: He aquí lo que va a ocurrir por haber afirmado tales cosas. Yo pondré mis palabras en tu boca como un fuego, y haré de este pueblo leña que él devorará.
Después tomarás un pequeño número de entre éstos y los atarás al vuelo de tu manto;
enviaré contra vosotros fieras salvajes, que devorarán a vuestros hijos, destrozarán vuestros ganados y os diezmarán hasta el punto de quedar desiertos vuestros caminos.
Si no escucháis ni os preocupáis de glorificar mi nombre -dice el Señor todopoderoso-, yo mandaré contra vosotros la maldición; maldeciré vuestras bendiciones; incluso las he maldecido ya, porque no hay entre vosotros quien tome esto en consideración.
Ya estáis bajo la maldición, pues me engañáis vosotros, toda la nación entera.
Y todo el pueblo respondió: 'Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos'.
Y es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran'.
Isaías clama sobre Israel: Aunque el número de los israelitas fuera como la arena del mar, sólo un resto se salvará;
Quedaréis muy pocos, vosotros que erais numerosos como las estrellas del cielo, por no haber obedecido al Señor, tu Dios.
El Señor os dispersará entre los pueblos, y sólo quedará de vosotros un pequeño número en medio de las naciones entre las que el Señor os arrojará.
El día del Señor vendrá como ladrón: los cielos se desintegrarán entonces con gran estrépito, los elementos del mundo quedarán hechos ceniza y la tierra con todo cuanto hay en ella desaparecerá.