Algunos de la tribu de Benjamín y de Judá fueron asimismo a unirse a David en su refugio.
Hechos 5:30 - Biblia Martin Nieto El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. Biblia Nueva Traducción Viviente El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que ustedes lo mataron colgándolo en una cruz. Biblia Católica (Latinoamericana) El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero. La Biblia Textual 3a Edicion El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros disteis muerte colgándolo de un madero. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en un madero. |
Algunos de la tribu de Benjamín y de Judá fueron asimismo a unirse a David en su refugio.
Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, nuestros padres, conserva para siempre en tu pueblo estos sentimientos y disposiciones y orienta sus corazones hacia ti.
¡Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que tan bien dispuso el corazón del rey para glorificar el templo del Señor en Jerusalén,
como había prometido a nuestros padres, / en favor de Abrahán / y su descendencia para siempre'.
mostrándose compasivo con nuestros padres, / recordando su santa alianza /
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Ellos lo mataron, colgándolo de un madero.
Dios la ha cumplido en nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.
Dios ha resucitado a éste, que es Jesús, de lo que todos nosotros somos testigos.
Él dijo: El Dios de nuestros padres te ha destinado a conocer su voluntad, a ver al Justo y a oír su voz,
Por vosotros, en primer lugar, Dios, después de haber resucitado a su Hijo, lo envió a bendeciros, para que os arrepintáis cada uno de vuestros pecados'.
Cristo nos liberó de la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito el que está colgado en un madero,
él que llevó en su propio cuerpo nuestros pecados sobre la cruz para que, muertos para el pecado, vivamos para la justicia: por sus heridas hemos sido curados.