Realmente la rabia mata al insensato, la irritación da muerte al necio.
Hechos 5:17 - Biblia Martin Nieto Intervino entonces el sumo sacerdote con todos los de su partido -la secta de los saduceos-. Llenos de furor, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; Biblia Nueva Traducción Viviente El sumo sacerdote y sus funcionarios, que eran saduceos, se llenaron de envidia. Biblia Católica (Latinoamericana) El sumo sacerdote y toda su gente, que eran el partido de los saduceos, decidieron actuar en la forma más enérgica. La Biblia Textual 3a Edicion Pero levantándose el sumo sacerdote, y todos los que estaban con él (de la secta° de los saduceos), se llenaron de envidia, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces el sumo sacerdote y todos los suyos, los de la secta de los saduceos, se llenaron de ira, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces se levantó el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, que es la secta de los saduceos, y se llenaron de celos; |
Realmente la rabia mata al insensato, la irritación da muerte al necio.
Un corazón tranquilo es la vida del cuerpo, la envidia es la caries de los huesos.
Cruel es el furor e impetuosa la ira, pero ¿quién podrá resistir ante la envidia?
He visto que todo trabajo y toda empresa con éxito no es más que envidia de uno contra otro. También esto es vanidad y andar a caza del viento.
Al ver venir a su bautismo a muchos de los fariseos y saduceos, les dijo: 'Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que os amenaza?
Los fariseos se dijeron: 'Veis que no adelantamos nada. Mirad cómo todo el mundo se va tras de él'.
Los judíos, al ver tanta gente, se enfurecieron y se opusieron con blasfemias a lo que Pablo decía.
Algunos de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe se levantaron y dijeron que los paganos debían circuncidarse y guardar la ley de Moisés.
Los judíos, llevados por la envidia, echaron mano de unos gamberros, que provocaron tumultos y alborotaron la ciudad. Se presentaron ante la casa de Jasón para llevarlos ante la plebe;
Se levantan los reyes de la tierra y los príncipes conspiran a una contra el Señor y su mesías.
Estaban Anás, el sumo sacerdote; Caifás, Juan, Alejandro y todos los familiares de los sumos sacerdotes.
De las aldeas próximas a Jerusalén acudía también mucha gente llevando enfermos y poseídos por espíritus inmundos, y todos eran curados.
Los patriarcas, envidiosos de José, lo vendieron a Egipto. Pero Dios estaba con él,
envidias, homicidios, borracheras, comilonas y cosas semejantes a éstas. Os advierto, como ya antes os advertí, que los que se entregan a estas cosas no heredarán el reino de Dios.
¿O pensáis que en vano dice la Escritura: El Espíritu de Dios, que habita en nosotros, ama hasta con celos?
Desechad toda maldad todo engaño y toda clase de hipocresía envidia o maledicencia.