Pero entre los israelitas, desde el hombre al animal, ni siquiera ladrará un perro, para que sepáis la diferencia que hace el Señor entre los egipcios y los israelitas.
Hechos 28:21 - Biblia Martin Nieto Ellos le dijeron: 'Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas referentes a ti, ni ninguno de los hermanos que han venido nos ha traído malos informes o ha hablado mal de ti. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos respondieron: —No hemos recibido ninguna carta de Judea ni ningún informe en tu contra de nadie que haya venido por aquí; Biblia Católica (Latinoamericana) Le respondieron: 'Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea referente a ti, y ninguno de los hermanos que han venido de allá nos ha dicho o transmitido mensaje alguno contra ti. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces ellos le dijeron: Nosotros no hemos recibido cartas de Judea acerca de ti, ni ha° venido ninguno de los hermanos denunciando o hablando algo malo de ti. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ellos le dijeron: 'Nosotros no hemos recibido cartas de Judea acerca de ti, ni ha venido ninguno de los hermanos a denunciar o decir nada malo contra ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ninguno de los hermanos que vinieron mostró o habló mal de ti. |
Pero entre los israelitas, desde el hombre al animal, ni siquiera ladrará un perro, para que sepáis la diferencia que hace el Señor entre los egipcios y los israelitas.
Sí, serán avergonzados, humillados todos los que se envalentonan contra ti, serán aniquilados y perecerán los que riñen contigo.
Próximo está el que me hace justicia, ¿quién puede litigar conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi demandante? ¡Preséntese ante mí!
Ningún arma forjada contra ti dará resultado; a toda lengua que te acuse la convencerás de culpabilidad. Ésta es la heredad de los hijos del Señor, la justicia que yo les aseguro -dice el Señor-.
como me es testigo el sumo sacerdote y el colegio de los ancianos; ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los creyentes que encontrara para que fueran castigados.
donde encontramos hermanos, que nos instaron a quedarnos con ellos una semana; desde allí nos dirigimos a Roma.
Quisiera ser objeto de maldición, separado incluso de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza;