Pues el Señor es nuestro juez, nuestro caudillo; el Señor es nuestro rey y nuestro salvador. Entonces se repartirá un enorme botín, y hasta los cojos se darán al saqueo.
Hechos 27:40 - Biblia Martin Nieto Soltaron las anclas y las dejaron caer al mar, aflojando a la vez las ataduras de los timones. Izaron al viento la vela de proa y se dirigieron hacia la playa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces cortaron las anclas y las dejaron en el mar. Luego soltaron los timones, izaron las velas de proa y se dirigieron a la costa; Biblia Católica (Latinoamericana) Soltaron las anclas y las dejaron caer al mar mientras aflojaron las cuerdas de los timones; izaron al viento la vela delantera y se dejaron arrastrar hacia la playa. La Biblia Textual 3a Edicion Cortaron, pues, las anclas y las dejaron° en el mar, soltando al mismo tiempo las amarras de los timones; e izando al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Soltando las anclas por uno y otro lado, las arrojaban al mar, al mismo tiempo que desataban las amarras de los timones; luego izaron la vela artimón al viento y pusieron rumbo a la playa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y alzando las anclas, se dejaron al mar; y soltando las amarras del timón y alzando al viento la vela de proa, se dirigieron hacia la playa. |
Pues el Señor es nuestro juez, nuestro caudillo; el Señor es nuestro rey y nuestro salvador. Entonces se repartirá un enorme botín, y hasta los cojos se darán al saqueo.
Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hombres: Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, echando la red en el lago, pues eran pescadores.
una vez izado a bordo, reforzaron con cables el casco del barco y así nos dejamos llevar del viento con el áncora suelta, por temor a chocar contra la Sirte.
Pero fueron a dar a un lugar azotado por una doble corriente, y el barco encalló; la proa, hincada, quedó inmóvil, mientras que la popa se deshacía por la violencia de las olas.