Hechos 20:25 - Biblia Martin Nieto Yo sé que todos vosotros, entre los que he pasado predicando el reino, no me volveréis a ver. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Biblia Nueva Traducción Viviente »Y ahora sé que ninguno de ustedes, a quienes les he predicado del reino, volverá a verme. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora sé que ya no me volverán a ver todos ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino. La Biblia Textual 3a Edicion Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros entre quienes pasé predicando el reino,° volverá a ver mi rostro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad: yo sé que no veréis más mi rostro ninguno de vosotros, entre los que pasé predicando el reino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. |
Si uno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y le arrebata lo sembrado en el corazón. Éste es lo sembrado junto al camino.
Y él les dijo: 'Por eso, el maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino de Dios es como el amo de la casa que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas'. [*]_
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: 'Convertíos, porque el reino de Dios está cerca'.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando todas las enfermedades y dolencias del pueblo.
La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces se anuncia el reino de Dios y todos se esfuerzan para entrar en él.
Y le contestó: 'Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ven a anunciar el reino de Dios'.
afligidos sobre todo porque les había dicho que no volverían a verlo. Y le acompañaron hasta el barco.
predicando el reino de Dios y enseñando las cosas referentes al Señor Jesucristo con toda libertad y sin obstáculo alguno.
Pero cuando Felipe les habló del reino de Dios y de Jesucristo, hombres y mujeres creyeron en él y se bautizaron.
pero ahora, como ya no hay nada que me retenga en estas regiones y como desde hace tiempo tengo muchas ganas de ir a veros,
y en cambio era desconocido personalmente por las iglesias cristianas de Judea.
Quiero que sepáis qué intensa lucha soporto por vosotros, por los que residen en Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente,