Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Hechos 14:13 - Biblia Martin Nieto

El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

El templo de Zeus estaba situado justo fuera de la ciudad. Así que el sacerdote del templo y la multitud llevaron toros y coronas de flores a las puertas de la ciudad, y se prepararon para ofrecerles sacrificios a los apóstoles.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Incluso el sacerdote del templo de Zeus, que estaba fuera de la ciudad, trajo hasta las puertas de la misma toros y guirnaldas y, de acuerdo con la gente, quiso ofrecerles un sacrificio.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y el sacerdote de Zeus (cuyo templo° está delante de la ciudad) trajo toros enguirnaldados delante de las puertas, y quería ofrecer sacrificios juntamente con el pueblo.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

El sacerdote del santuario de Zeus que hay a la entrada de la ciudad trajo toros con guirnaldas junto a las puertas y, de acuerdo con la multitud se disponía a ofrecer un sacrificio.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería ofrecer sacrificio con el pueblo.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Hechos 14:13
3 Tagairtí Cros  

Entonces el rey Nabucodonosor cayó rostro en tierra y se postró ante Daniel y ordenó que le ofrecieran sacrificios e incienso.


Tan pronto como entró Pedro, Cornelio le salió al encuentro, cayó a sus pies y le adoró.


Y llamaban a Bernabé Júpiter y a Pablo Mercurio, porque era el más elocuente.