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Hechos 13:36 - Biblia Martin Nieto

Pues bien, David, después de haber cumplido durante su vida la voluntad de Dios, murió, fue sepultado con sus padres y vio la corrupción.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Este salmo no hace referencia a David, pues, después de haber hecho la voluntad de Dios en su propia generación, David murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Bien saben que David, después de haber servido durante su vida a los designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y experimentó la corrupción.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque David, ciertamente, habiendo servido al propósito de Dios en su propia generación, durmió, fue sepultado con sus padres y vio corrupción.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ahora bien, David, después de haber servido durante su vida al designio de Dios, murió y fue a reunirse con sus padres y experimentó corrupción.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación por la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.

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Hechos 13:36
33 Tagairtí Cros  

Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; porque polvo eres y en polvo te has de convertir'.


pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres, haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas, y lo confirmaré en el reino.


David descansó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David.


Ya antes, cuando todavía reinaba Saúl, eras tú el que mandabas el ejército de Israel. El Señor te había dicho: Tú apacentarás a mi pueblo, Israel, y tú serás el jefe de mi pueblo, Israel'.


pues cuando llegues al término de tus días y descanses con tus padres haré surgir un descendiente tuyo, que saldrá de tus entrañas y lo confirmaré en el reino.


David reinó sobre todo Israel administrando derecho y justicia a todo su pueblo.


Murió en buena vejez, lleno de días, de riqueza y de gloria. Le sucedió en el trono su hijo Salomón.


Roboán murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Abías.


Josafat murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Jorán.


Ozías murió y fue sepultado con sus padres en el campo de las sepulturas de los reyes, porque decían: 'Es un leproso'. Le sucedió su hijo Jotán.


Descansó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de su padre David. Le sucedió en el trono su hijo Roboán.


Grito al sepulcro: ¡Tú eres mi padre!, a la podre: ¡Tú mi madre y mi hermana!


Juntos luego yacen en el polvo, y los gusanos los recubren.


Tal es la suerte de los que en sí confían, el fin de los que en sus discursos se recrean:


Por costoso que sea el rescate de la vida, ella terminará para siempre jamás.


El que había recibido cinco se puso en seguida a trabajar con ellos y ganó otros cinco.


Jesús dijo: 'Quitad la piedra'. Marta, la hermana del difunto, le dijo: 'Señor, ya huele, pues lleva cuatro días'.


Después lo destituyó y les dio como rey a David, hijo de Jesé, de quien dio este testimonio: He encontrado a David, hombre de mi agrado, quien cumplirá todos mis deseos.


Hermanos, hablemos con franqueza. El patriarca David murió y fue sepultado, y su sepulcro subsiste entre nosotros hasta el día de hoy.


porque jamás dejé de anunciaros todo el plan de Dios.


Y puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: 'Señor, no les tengas en cuenta este pecado'. Y diciendo esto, expiró. Saulo aprobaba este asesinato.


Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.


y, por tanto, los cristianos que han muerto están perdidos.


Se apareció también a más de quinientos hermanos de una vez, de los que la mayoría viven todavía; otros murieron.


Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos, para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza.