Llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y, al ver a Jesús, se echó a sus pies
Hechos 13:15 - Biblia Martin Nieto Después de la lectura de la ley y de los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: 'Hermanos, si tenéis alguna palabra que comunicar al pueblo, decidla'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de las lecturas acostumbradas de los libros de Moisés y de los profetas, los que estaban a cargo del servicio les mandaron el siguiente mensaje: «Hermanos, si tienen alguna palabra de aliento para el pueblo, ¡pasen a decirla!». Biblia Católica (Latinoamericana) Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: 'Hermanos, si ustedes tienen alguna palabra de aliento para los presentes, hablen. La Biblia Textual 3a Edicion Después de la lectura de la ley y los profetas, los principales de la sinagoga se dirigieron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después de la lectura de la ley y de los profetas, les mandaron aviso los jefes de la sinagoga diciendo: 'Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, decidla'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron a ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad. |
Llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y, al ver a Jesús, se echó a sus pies
La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces se anuncia el reino de Dios y todos se esfuerzan para entrar en él.
'Hermanos, tenía que cumplirse lo que anunció el Espíritu Santo por boca de David acerca de Judas, el guía de los que prendieron a Jesús.
Porque los habitantes de Jerusalén y sus jefes han cumplido, sin saberlo, las palabras de los profetas que se leen cada sábado;
Pues en cada ciudad hay desde antiguo quienes leen y proclaman la ley de Moisés los sábados en la sinagoga'.
Tras una larga discusión, se levantó Pedro y les dijo: 'Hermanos, vosotros sabéis que hace mucho tiempo Dios me eligió entre vosotros para que los paganos oyesen de mis labios la palabra del evangelio y abrazaran la fe.
Entonces se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante del tribunal, sin que nada de esto le importara a Galión.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; y muchos de los corintios que habían oído a Pablo creyeron y se bautizaron.
Hermanos, hablemos con franqueza. El patriarca David murió y fue sepultado, y su sepulcro subsiste entre nosotros hasta el día de hoy.
Al oírle, se conmovieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué debemos hacer, hermanos?'.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse.
Recorrió aquellas regiones exhortando a los discípulos en largas conversaciones. Por fin llegó a Grecia,
José, llamado por los apóstoles Bernabé - que significa hijo de la consolación-, levita, chipriota de nación,
Y él dijo: 'Hermanos y padres, escuchad: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia, antes de vivir en Jarán,
el que tenga el de exhortar, que se dedique a exhortar; el que tiene el de repartir limosna, que reparta con generosidad; el que tiene el de presidir, que presida con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría.
Pero el que profetiza, habla a los hombres, los forma, los anima y los consuela.
Pero sus entendimientos se embotaron, y aquel velo permanece de tal modo que les impide comprender el Antiguo Testamento, y no se dan cuenta de que Cristo ha descorrido ya el velo.
En efecto, nuestra predicación no se basa en el error, en malas intenciones o en ánimo de engañar.
Hermanos, os ruego que aceptéis estas palabras de exhortación, acompañadas de estas breves líneas.