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Hechos 12:21 - Biblia Martin Nieto

El día señalado, Herodes, vestido con atavíos reales y sentado en el tribunal, los arengó.

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Biblia Reina Valera 1960

Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y así se les concedió una cita con Herodes. Cuando llegó el día, Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les dio un discurso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El día señalado, Herodes, vestido con el manto real, se sentó en la tribuna y les dirigió la palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y un día señalado, Herodes, vestido de ropa regia y sentado en el tribunal, los arengaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En el día prefijado, Herodes, ataviado con la vestidura real y sentado en su trono, los estaba arengando.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en su trono, y les arengó.

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Hechos 12:21
10 Tagairtí Cros  

El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados en sus tronos con sus vestiduras regias en la explanada, y ante ellos todos los profetas en trance de profetizar.


Grito de espanto resuena en sus oídos; mientras vive en paz, el azote lo sorprende.


Antes de la caída se eleva el corazón del hombre, la humildad precede a la gloria.


Por eso el abismo ha ensanchado sus fauces, ha abierto su boca sin medida; ¡baja allá la grandeza (de Sión) y su turba bulliciosa y alegre!


Por eso llamamos felices a los orgullosos, que, aun haciendo el mal, progresan, provocan a Dios y quedan sin castigo'.


Estando en el tribunal, su mujer mandó a decirle: 'No resuelvas nada contra ese justo, porque he sufrido mucho hoy en sueños por causa de él'.


Herodes estaba irritado con los tirios y sidonios, que de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, que era camarero del rey, solicitaban la paz, porque su país se abastecía del país real.


Y el pueblo gritaba: 'Es un dios que habla, y no un hombre'.


Cinco días más tarde, el sumo sacerdote Ananías llegó a Cesarea con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron acusación ante el gobernador contra Pablo.


Así pues, al día siguiente Agripa y Berenice llegaron con gran pompa y entraron en la audiencia con los jefes militares y las autoridades de la ciudad. Festo mandó que trajeran a Pablo.