y los encarceló en casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba detenido.
Hechos 12:10 - Biblia Martin Nieto Pasaron la primera y segunda guardia, y llegaron a la puerta de hierro que da a la ciudad, la cual se les abrió por sí sola. Salieron y avanzaron por una calle; y de repente el ángel lo dejó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Biblia Nueva Traducción Viviente Pasaron el primer puesto de guardia y luego el segundo y llegaron a la puerta de hierro que lleva a la ciudad, y esta puerta se abrió por sí sola frente a ellos. De esta manera cruzaron la puerta y empezaron a caminar por la calle, y de pronto el ángel lo dejó. Biblia Católica (Latinoamericana) Pasaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron y se metieron por un callejón, y de repente lo dejó el ángel. La Biblia Textual 3a Edicion Y pasando la primera y segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y saliendo, caminaron a lo largo de una calle, y súbitamente el ángel se apartó de él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Atravesaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, que se les abrió por sí misma. Salieron fuera, recorrieron un trozo de calle y, de pronto, el ángel se apartó de él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando pasaron la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salieron y pasaron una calle, y en seguida el ángel se apartó de él. |
y los encarceló en casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba detenido.
El centinela ha gritado: En la atalaya, Señor, estoy alerta todo el día; en mi puesto de guardia estoy en pie toda la noche.
y lo pusieron bajo vigilancia, pues no se había determinado todavía qué debía hacerse con él.
En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: '¡La paz esté con vosotros!'.
Ocho días después, estaban nuevamente allí dentro los discípulos, y Tomás con ellos. Jesús llegó, estando cerradas las puertas, se puso en medio y les dijo: '¡La paz esté con vosotros!'.
Lo prendió, lo encarceló y mandó que lo custodiasen cuatro piquetes de cuatro soldados, con intención de hacerlo comparecer ante el pueblo después de la pascua.
De repente se produjo tan gran terremoto que se conmovieron los cimientos de la cárcel; se abrieron todas las puertas de la cárcel y se soltaron las cadenas de todos.
Pero un ángel del Señor abrió por la noche las puertas de la cárcel, los sacó y dijo:
Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Esto es lo que dice el santo, el veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cerrará, el que cierra y nadie abrirá: