Acercaos a mí y escuchad esto: No he hablado en secreto desde el principio, desde que esto ha sucedido estoy yo allí. Y ahora el Señor Dios me ha enviado con su espíritu.
Hechos 10:20 - Biblia Martin Nieto baja y no dudes en ir con ellos, porque los he enviado yo'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Biblia Nueva Traducción Viviente Levántate, baja y vete con ellos sin titubear. No te preocupes, porque yo los he enviado». Biblia Católica (Latinoamericana) Baja y vete con ellos sin vacilar, pues los he enviado yo. La Biblia Textual 3a Edicion así que levántate, baja, y ve con ellos sin dudar,° porque Yo los he enviado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 baja y ve con ellos sin dudar lo más mínimo, porque yo los he enviado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado. |
Acercaos a mí y escuchad esto: No he hablado en secreto desde el principio, desde que esto ha sucedido estoy yo allí. Y ahora el Señor Dios me ha enviado con su espíritu.
Y les dijo: 'Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Pedro bajó y les dijo: 'Yo soy el que buscáis. ¿Por qué habéis venido?'.
Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Estos seis hermanos vinieron también conmigo y entramos en la casa del hombre en cuestión,
Con esta misión del Espíritu Santo fueron a Seleucia, desde donde se embarcaron hacia Chipre.
El ángel del Señor dijo a Felipe: 'Ponte en marcha hacia el sur, por el camino que va de Jerusalén a Gaza a través del desierto'.
El Señor le dijo: 'Anda, que éste es un instrumento que he elegido yo para llevar mi nombre a los paganos, a los reyes y a los israelitas.
Ananías partió inmediatamente y entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: 'Saulo, hermano mío, vengo de parte de Jesús, el Señor, el que se te apareció en el camino por el que venías, para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo'.
Pero que pida con confianza, sin dudar nada; porque el que duda es semejante a las olas del mar, agitadas por el viento y llevadas de una parte a otra.