Y de nuevo en este lugar: No entrarán en mi descanso.
Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
Pero en el otro pasaje Dios dijo: «Ellos nunca entrarán en mi lugar de descanso».
Aquí lo volvemos a encontrar: No entrarán jamás en mi descanso.
Y otra vez en este lugar:° No entrarán en mi reposo.°
Y lo mismo en este pasaje: Jamás entrarán en mi descanso.
Entonces juré en mi cólera: 'No entrarán jamás en mi descanso'.
Y juré en mi indignación: No entrarán jamás en mi descanso'.
Entremos, pues, nosotros, que hemos creído, en el descanso, según lo que dijo: Y juré en mi indignación: ¡No entrarán jamás en mi descanso!