El ángel del Señor le dijo: 'Vuélvete a tu señora y ponte a sus órdenes'.
Hebreos 13:17 - Biblia Martin Nieto Obedeced a vuestros jefes y estadles sumisos, porque ellos cuidan de vuestras vidas, de las cuales deberán dar cuenta, para que lo hagan con alegría y no con lágrimas, lo que no os beneficiaría nada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Biblia Nueva Traducción Viviente Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que ellos dicen. Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen que rendir cuentas a Dios. Denles motivos para que la hagan con alegría y no con dolor. Esto último ciertamente no los beneficiará a ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Obedezcan a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta. Ojalá esto sea para ellos motivo de alegría y no un peso, pues no les traería a ustedes ventaja de ninguna clase. La Biblia Textual 3a Edicion Prestad atención° a quienes os dirigen° y sed dóciles,° porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que hagan esto con gozo, y no quejándose; porque esto no sería provechoso para vosotros.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Confiad en quienes os dirigen y obedecedles, pues ellos velan por vuestras almas sabiendo que tienen que rendir cuentas. Así esto será para ellos tarea gozosa, y no llena de angustia, lo cual sería perjudicial para vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y no gimiendo; porque esto no os es provechoso. |
El ángel del Señor le dijo: 'Vuélvete a tu señora y ponte a sus órdenes'.
Moisés volvió al Señor y dijo: '¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado. Se han fabricado un dios de oro.
no escuché la voz de mis educadores ni presté oídos a los que me instruían!
Sobre tus murallas, Jerusalén, he apostado centinelas, para que ni de día ni de noche se callen nunca. Vosotros, los que rendís memoria al Señor, no os concedáis reposo.
Si no escucháis este aviso, mi alma llorará en secreto por vuestro orgullo; llorará sin descanso y mis ojos derramarán lágrimas, porque el rebaño del Señor es conducido al cautiverio.
'Hijo de hombre, habla a los israelitas y diles: En caso de que yo haga venir la espada sobre un país dado, si la gente de este país toma a un hombre de entre los suyos y lo pone como centinela,
Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es lo que oigo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque quedas despedido.
Cuidad de vosotros y de todo el rebaño del que el Espíritu Santo os ha constituido como guardianes para apacentar la Iglesia de Dios, que ha adquirido con su propia sangre.
Por lo tanto, cada uno de nosotros tiene que dar cuenta a Dios de sí mismo.
Sed deferentes con ellos y con cuantos como ellos trabajan y se afanan en esta obra.
Por tanto, queridos hermanos, como siempre habéis obedecido, no sólo durante mi presencia, sino también y mucho más mientras estuve ausente, trabajad por vuestra salvación con profundo acatamiento
manteniendo firme la palabra de vida, de modo que pueda presumir en el día de Cristo de no haber corrido ni trabajado inútilmente.
Recibidlo cristianamente, con alegría, y tened en honor a personas como él,
Pues hay muchos entre vosotros, de quienes muchas veces os dije, y ahora tengo que repetirlo con lágrimas en los ojos, que son enemigos de la cruz de Cristo;
Por tanto, hermanos míos queridísimos, mi alegría y mi corona, manteneos firmes en el Señor, queridos míos.
Si alguno no hace caso de lo que decimos en esta carta, señaladle y cortad todo trato con él, para que así se sienta avergonzado.
Los presbíteros que cumplen bien su misión son merecedores de una doble remuneración, especialmente los que se ocupan de la predicación y la enseñanza.
Saludad a vuestros jefes y a todos los creyentes. Los de Italia os saludan.
Acordaos de vuestros jefes, aquellos que os anunciaron la palabra de Dios; y, considerando el fin de su vida, imitad su fe.
Someteos, por tanto, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros;
De igual manera vosotros, jóvenes, vivid sumisos a los ancianos. Revestíos todos mutuamente de humildad, como servidores unos de los otros; porque Dios se enfrenta a los soberbios, pero da su gracia a los humildes.
Pero el pueblo no quiso escuchar a Samuel, y dijo: 'No; queremos un rey,