Partiste en dos mitades el mar ante ellos y lo pasaron a pie enjuto, mientras a sus perseguidores los precipitaste en el abismo, como una piedra entre aguas impetuosas.
Habacuc 3:10 - Biblia Martin Nieto Te ven los montes y tiemblan, un diluvio de agua irrumpe, el abismo deja oír su voz, levanta a lo alto sus manos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Te vieron y tuvieron temor los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo dio su voz, A lo alto alzó sus manos. Biblia Nueva Traducción Viviente Las montañas observaron y temblaron. Avanzaron las tempestuosas aguas. Las profundidades del mar rugieron levantando sus manos en sumisión. Biblia Católica (Latinoamericana) las montañas te ven y se estremecen;
caen lluvias de diluvio
mientras truena la voz del abismo. La Biblia Textual 3a Edicion Te ven las montañas, y tiemblan; El turbión de aguas se desencadena, El abismo deja oír su voz, y eleva en alto sus manos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 tiemblan los montes al verte, pasa una tromba de agua alza su voz el abismo, el sol levanta sus manos a lo alto Biblia Reina Valera Gómez (2023) Te vieron las montañas y temblaron; pasó el desbordamiento de las aguas; el abismo dio su voz, y levantó en alto sus manos. |
Partiste en dos mitades el mar ante ellos y lo pasaron a pie enjuto, mientras a sus perseguidores los precipitaste en el abismo, como una piedra entre aguas impetuosas.
Cuando él mira a la tierra, ésta tiembla; toca las montañas, y echan humo.
Alabad al Señor desde la tierra, monstruos marinos y todos los abismos,
Él convirtió el mar en tierra firme, y el río atravesaron a pie enjuto;
Los ríos levantan, Señor, los ríos levantan su clamor, los ríos levantan su fragor.
Las bestias del campo me glorificarán, los chacales y las avestruces, porque yo daré agua en el desierto, y ríos en la tierra seca, para abrevar a mi pueblo, a mi elegido.
Sí, partiréis con alegría y en paz seréis llevados; montes y colinas prorrumpirán ante vosotros en gritos de alegría, y todos los árboles del campo aplaudirán.
He mirado a los montes: retemblaban, y todas las colinas se estremecían.
Bajo sus pasos los montes se derriten, se disuelven los valles como la cera al fuego, como aguas precipitadas en una pendiente.
Los montes tiemblan ante él y las colinas se estremecen; ante él se disuelve la tierra, el mundo y los que en él habitan.
Se alza él, y hace temblar la tierra; mira, y las naciones se estremecen; los montes eternos se dislocan, los collados antiguos se deshacen, pero sus caminos son eternos.
Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las piedras se resquebrajaron;
De pronto se alborotó tanto el mar que las olas saltaban por encima de la barca, y él dormía.
Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra seca; e intentando hacer lo mismo los egipcios, fueron sumergidos en las olas.
Y cuando los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor salieron del medio del Jordán y las plantas de sus pies tocaron la tierra seca, las aguas del Jordán volvieron a su cauce extendiéndose, como antes, por todas las orillas.
El sexto vertió su copa sobre el río grande, el Éufrates, y sus aguas se secaron, dejando paso libre a los reyes del oriente.
Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.
el cielo desapareció como un volumen que se enrolla, y todas las montañas y todas las islas fueron removidas de su sitio.