Filipenses 1:17 - Biblia Martin Nieto aquéllos por rivalidad predican a Cristo, creyendo que así hacen más dura mi prisión. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. Biblia Nueva Traducción Viviente Los otros no tienen intenciones puras cuando predican de Cristo. Lo hacen con ambición egoísta, no con sinceridad sino con el propósito de que las cadenas me resulten más dolorosas. Biblia Católica (Latinoamericana) A los primeros, en cambio, les falta sinceridad; anuncian a Cristo por llevarme la contraria, y creen que con eso me hacen más amarga la cárcel. La Biblia Textual 3a Edicion pero aquéllos, predican al Mesías por rivalidad egoísta, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 aquéllos otros anuncian a Cristo por rivalidad, no nobles sentimientos, creyendo que añaden tribulación a mis cadenas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. |
Agripa dijo a Pablo: 'Tienes permiso para hablar en tu defensa'. Entonces Pablo, con la mano extendida, presentó su defensa:
Mientras así se defendía, Festo exclamó: '¡Estás loco, Pablo! Las muchas letras te hacen perder la cabeza'.
pero a los egoístas, a los que rechazan la verdad y se entregan a la injusticia, un castigo implacable.
Pero, al fin y al cabo, ¿qué importa? De cualquier manera que Cristo sea anunciado, hipócrita o sinceramente, yo me alegro, y me alegraré;
Es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en el corazón, ya que compartís conmigo el privilegio de estar preso y de defender y consolidar el evangelio.
No hagáis cosa alguna por espíritu de rivalidad o de vanagloria; sed humildes y tened a los demás por superiores a vosotros,
del que yo he sido nombrado pregonero y apóstol -digo verdad, no miento-, para instruir a los paganos en la fe y en la verdad.
y por el que sufro estas cadenas, como si fuera un criminal; pero la palabra de Dios no está encadenada.
En mi primera defensa nadie me ayudó; todos me abandonaron. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta!