Pero me es todo lo mismo. Y me atrevo a decir: Él pierde por igual al justo y al culpable.
Ezequiel 21:3 - Biblia Martin Nieto Dirás al bosque del Negueb: Escucha la palabra del Señor: Esto dice el Señor: Mira que yo voy a prenderte fuego, que devorará todos los árboles verdes lo mismo que los secos. La llama devoradora no se apagará y arderá todo en el Negueb de sur a norte. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío. Biblia Nueva Traducción Viviente Dile: “Esto dice el Señor: ‘Oh Israel, yo soy tu enemigo y voy a desenvainar mi espada para destruir a tu gente, a justos y a perversos por igual. Biblia Católica (Latinoamericana) Le dirás al bosque del sur: Escucha la palabra de Yavé...
Esto dice Yavé: Encenderé en ti un fuego que consumirá todos los árboles: verdes o secos. Ese fuego violento no se apagará y en él arderán todas las personas desde el sur al norte. La Biblia Textual 3a Edicion y di a la tierra de Israel: Así dice YHVH: He aquí Yo estoy contra ti; sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti a inocentes y a culpables. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Di al bosque del Negueb: escucha la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: 'Mira: voy a prenderte fuego, que devorará en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la abrasadora llama, de tal modo que arderá toda la superficie desde el sur hasta el norte'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dirás a la tierra de Israel: Así dice Jehová: He aquí, que yo contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío. |
Pero me es todo lo mismo. Y me atrevo a decir: Él pierde por igual al justo y al culpable.
Levántate, Señor; sal a su encuentro, derríbalos; líbrame con tu espada del malvado.
Que los que la talaron y quemaron perezcan ante la amenaza de tu rostro.
como el fuego que devora la selva, como la llama que abrasa las montañas,
Dijo el enemigo: 'Los perseguiré, les daré alcance, repartiré el botín, mi codicia será saciada, desenvainaré mi espada, mi mano los exterminará'.
vanidad. Porque todos tienen una misma suerte: el justo y el injusto, el bueno y el malo, el puro y el impuro, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece; lo mismo el bueno que el pecador, el que jura que el que teme hacer un juramento.
Pues en los cielos se embriaga mi espada; y ya se abalanza sobre Edón, sobre el pueblo que he entregado al castigo.
Perece el justo, y nadie se preocupa por ello. Los hombres piadosos son arrebatados, y nadie advierte que a causa del mal es arrebatado el justo
Pero si no escucháis mi mandamiento de santificar el sábado y de no transportar carga ni acarrearla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, prenderé fuego a sus puertas y devorará, inextinguible, los palacios de Jerusalén'.
A ti me dirijo, moradora del valle, roca de la llanura -dice el Señor-, a vosotros que decís: '¿Quién podrá asaltarnos y penetrar en nuestros refugios?'.
Yo os castigaré como lo merecen vuestras obras -dice el Señor-; prenderé fuego a su bosque, y devorará todos sus alrededores'.
Aquí estoy contra ti, oh insolencia -dice el Señor Dios omnipotente-; ha llegado tu día, la hora de tu castigo.
Tú has sido un martillo en mis manos, un arma de guerra. Contigo he machacado a las naciones, contigo he destruido muchos reinos;
Aquí estoy contra ti, montaña destructora -dice el Señor-, que arrasas toda la tierra. Voy a extender mi mano contra ti, te haré rodar de lo alto de las rocas y te convertiré en monte calcinado.
Por tanto, esto dice el Señor Dios: Porque vuestras palabras son falsas y vuestras visiones mentirosas, yo me pongo contra vosotros, declara el Señor Dios.
O si yo hiciese venir contra ese país la espada y dijese: Que pase la espada por ese país y extermine hombres y animales,
Esto dice el Señor Dios: 'Cuando yo mande contra Jerusalén estos cuatro azotes: espada, hambre, animales feroces y peste para exterminar de ella hombres y animales,
Tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas; que la espada se duplique, se triplique: la espada de la matanza, la gran espada de la matanza que los tiene rodeados.
Por tanto, esto dice el Señor Dios: ¡Ay de la ciudad sanguinaria! También yo apilaré mucha leña.
por eso esto dice el Señor Dios: Aquí estoy contra ti, Tiro; haré avanzar contra ti gentes innumerables, como el mar levanta sus olas.
yo me declaro contra ti y contra tus Nilos. Haré de Egipto un desierto desolado, desde Migdol a Siene y hasta la frontera de Etiopía.
Un tercio de tus habitantes morirá de peste y se consumirá de hambre en medio de ti, otro tercio caerá a cuchillo en tus alrededores y el otro lo esparciré yo a todos los vientos, desenvainando detrás de ellos la espada.
Por eso, esto dice el Señor Dios: También yo me vuelvo contra ti y haré justicia en medio de ti a los ojos de las gentes;
haré venir contra vosotros la espada, que vengará la alianza. Os refugiaréis en vuestras ciudades, pero yo haré caer sobre vosotros la peste y seréis entregados en manos del enemigo.
A vosotros os dispersaré entre las naciones y os perseguiré con la espada desenvainada. Vuestra tierra será una desolación y vuestras ciudades un montón de ruinas.
Buscad al Señor y viviréis, no sea que invada como el fuego la casa de José y devore a Betel, sin que haya quien la apague.
El Señor me hizo ver esto: Él suscitaba una llama de fuego que devoraba el gran abismo e iba a devorar la porción del Señor.
El león desgarraba la presa para sus cachorros, la estrangulaba para sus leonas, llenaba de botín su escondrijo y de rapiñas su cubil.
Aquí estoy contra ti -dice el Señor omnipotente-; yo alzaré tus faldas hasta tu cara y mostraré a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergüenza.
Espada, despiértate contra mi pastor y contra el hombre de mi compañía, palabra del Señor omnipotente. Hiere al pastor y las ovejas se dispersarán, yo volveré mis manos aún contra los más débiles.