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Ezequiel 2:4 - Biblia Martin Nieto

Hijos de cara dura y corazón de piedra son aquellos a quienes yo te envío. Les dirás: Esto dice el Señor Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Son un pueblo terco y duro de corazón. Ahora te envío a decirles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Te envío donde esa raza de cabezas duras y de corazones obstinados para que les digas: ¡Esta es la palabra de Yavé...!

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La Biblia Textual 3a Edicion

A hijos de rostro duro y obstinado corazón te envío, y les dirás: Así dice Adonay YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los hijos son unos desvergonzados y duros de corazón; a ellos, pues, voy a enviarte. Tú les dirás: 'Así dice el Señor Yahveh'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así dice el Señor Jehová.

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Ezequiel 2:4
23 Tagairtí Cros  

Miqueas respondió: '¡Vive el Señor, que diré lo que el Señor me mande!'.


No seáis de cabeza dura como vuestros padres. Tended vuestras manos al Señor y venid al santuario que él ha santificado para siempre. Servid al Señor, Dios vuestro, y el furor de su ira se apartará de vosotros.


Se rebeló asimismo contra el rey Nabucodonosor, al cual había prestado juramento en el nombre de Dios. Fue terco y obstinado y no quiso convertirse al Señor, Dios de Israel.


'No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto,


El delincuente aparenta seguridad, el hombre recto está seguro de su conducta.


Porque sabía que tú eres obstinado, que es una barra de hierro tu cerviz y de bronce tu frente,


Pero el Señor me respondió: 'No digas: ¡soy joven!, porque adonde yo te envíe, irás; y todo lo que yo te ordene, dirás.


Cesaron los aguaceros y la lluvia tardía no llegó; pero con tu rostro de mujer perdida ni siquiera te has sonrojado.


Entonces el rey mandó a Yehudí a buscar el libro. Éste lo tomó de la sala del secretario Elisamá y se lo leyó en alta voz al rey y a todos los dignatarios reunidos en torno al monarca.


¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.


Tendrían que avergonzarse de sus acciones execrables, pero han perdido la vergüenza; no saben ya enrojecer. Por eso han de caer entre los que perecen, y se desplomarán cuando yo los visite -dice el Señor-.


Tendrían que avergonzarse de sus acciones execrables, pero han perdido la vergüenza; no saben ya ni sonrojarse. Por eso han de caer entre los que perecen; se desplomarán cuando yo los visite, -dice el Señor-.


y anda, llégate a los deportados, a los hijos de tu pueblo, y diles: Así habla el Señor Dios, escuchen o no escuchen'.


Pero cuando yo te hable, abriré tu boca y les dirás: Así habla el Señor; quien quiera escuchar escuche, quien no quiera no escuche; porque son una raza de rebeldes'.


Después me dijo: 'Hijo de hombre, anda, dirígete a la casa de Israel y comunícales mis palabras.


Pero la casa de Israel no querrá escucharte a ti, como no quiere escucharme a mí, porque toda la casa de Israel es de cabeza dura y corazón de piedra.


El Señor me tomó de detrás del rebaño, diciéndome: Vete, profetiza a mi pueblo Israel.


Endurecieron su corazón como el diamante para no escuchar la enseñanza y las palabras que el Señor todopoderoso inspiró a los profetas pasados. Entonces el Señor todopoderoso se irritó muchísimo.


'Os envío como ovejas en medio de lobos. Sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas.


Circuncidad vuestro corazón y no sigáis más con vuestra cabeza dura,


porque yo sé que eres un pueblo rebelde y de cabeza dura. Si hoy, cuando yo estoy todavía en medio de vosotros, sois rebeldes al Señor, cuánto más lo seréis después de mi muerte.