No obstante, tú los soportaste muchos años, los amonestaste con tu espíritu por medio de los profetas, pero no hicieron caso. Entonces los entregaste en manos de los pueblos del país.
Ezequiel 2:2 - Biblia Martin Nieto Al decirme esto, el espíritu entró en mí, me hizo tenerme en pie y pude escuchar a aquel que me hablaba. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. Biblia Nueva Traducción Viviente El Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso de pie. Entonces escuché atentamente sus palabras. Biblia Católica (Latinoamericana) En el mismo momento en que me habla, entra en mí un espíritu y me hace ponerme de pie;' La Biblia Textual 3a Edicion Y después que me habló, el espíritu entró en mí y me afirmó sobre mis pies. Y escuché al que me hablaba, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando me habló, entró en mí el Espíritu, que me mantuvo de pie, y oí al que me hablaba. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando me habló, el Espíritu entró en mí, y me afirmó sobre mis pies, y oía al que me hablaba. |
No obstante, tú los soportaste muchos años, los amonestaste con tu espíritu por medio de los profetas, pero no hicieron caso. Entonces los entregaste en manos de los pueblos del país.
Y el espíritu del Señor cayó sobre mí y me dijo: 'Di: Esto dice el Señor: Vosotros habéis dicho esto, oh casa de Israel; conozco la insolencia de vuestro espíritu.
Después di esta parábola a esa raza de rebeldes. Esto dice el Señor Dios: Arrima la olla, arrímala, y echa agua en ella.
Entonces el espíritu me arrebató y oí detrás de mí el ruido de una gran trepidación, mientras la gloria del Señor se levantaba de su sitio;
El espíritu me levantó y me arrebató; iba yo amargado, con el ánimo lleno de excitación, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí.
En seguida entró en mí el espíritu y me hizo tenerme en pie, me habló y me dijo: 'Anda, enciérrate en tu casa.
Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que viváis según mis preceptos, observando y guardando mis leyes.
Al hablarme quedé sin sentido con el rostro en tierra, pero él me tocó y me hizo incorporarme.
Pero, después de tres días y medio, un soplo de vida que venía de Dios entró en ellos; ellos se pusieron de pie, y los que estaban mirándolos se quedaron aterrorizados.
Y el espíritu del Señor comenzó a actuar en él en el campo de Dan, entre Sorá y Estaol.
Samuel tomó el cuerno del aceite y le ungió en presencia de sus hermanos. El espíritu del Señor se apoderó de David a partir de aquel día. Samuel se fue y volvió a Ramá.